Tensión en el sur
12/10/2022 | 08:12 | Menos de 150 kilómetros separan Villa Mascardi, en Bariloche, y Chusamen, en Chubut. En ese radio, ya se produjeron tres muertes en medio de intervenciones de grupos mapuches y fuerzas de seguridad.
Redacción Cadena 3
Juan Federico
"Poder tapar sus miradas, pero no la realidad". "1 de agosto de 2017, desaparición forzada de Santiago Maldonado. El Estado es Responsable". "La naturaleza exige venganza".
El cartel de madera, en forma de mural, aparece en medio de la plaza Pagano, el espacio público central de El Bolsón, una localidad rionegrina de poco más de 20 mil habitantes, si se tiene en cuenta todo el conglomerado rural, ubicada a 120 kilómetros de Bariloche y a sólo un paso de la provincia de Chubut.
Hace tiempo que El Bolsón late a su propio ritmo. La Comarca, como lo llaman sus habitantes, suele ser el lugar elegido por comunidades que buscan un modo de vida más alejado de las rutinas de las grandes urbes. Personas de todos los puntos del país confluyen en esta ciudad con ritmo de pueblo, enclavada en medio de un paisaje imponente con el parque nacional Nahuel Huapi como referencia más próxima.
Santiago Maldonado, cuya desaparición y muerte en medio de uno de los tantos llamados "conflictos mapuches" se terminó por convertir en un ícono de toda esta controversia, también había elegido a El Bolsón. El joven oriundo de Buenos Aires había llegado a esta población en marzo de 2017. En la plaza principal, la misma que hoy lleva un mural pidiendo "venganza", solía ofrecer sus tatuajes.
No pasó mucho tiempo para que comenzara a frecuentar cada vez más al grupo mapuche Pu Lof, que ya a esa altura venía sosteniendo una demanda de posesión de tierras en Chusamen, Chubut. Se trata de un extenso predio de capitales extranjeros ubicado en proximidades de El Maitén, una localidad ubicada a pocos kilómetros de El Bolsón, tras trepar la Cuesta del Ternero por la ruta provincial 6.
Fue allí que Maldonado murió ahogado el 1° de agosto de 2017, cuando intentó escapar de un operativo ejecutado por Gendarmería nacional para desalojar un corte que realizaban sobre la ruta nacional 40, exigiendo la liberación del lonko (líder) Jones Huala. Su cadáver fue encontrado meses después.
En el medio, su desaparición se convirtió en asunto de Estado. Hoy, su nombre se asocia de manera irremediable a toda la controversia que genera a nivel país las reivindicaciones mapuches y los métodos violentos que algunos grupos vienen desplegando.
Su muerte no fue una excepción.
El 25 de noviembre de 2017, Rafael Nahuel (22), un joven de la comunidad Lafken Winkul Mapu, murió de un balazo disparado por un agente del grupo Albatros, de Prefectura Nacional, cuando intentaban desalojarlos de una usurpación en Villa Mascardi, a 35 kilómetros de Bariloche. La misma usurpación que en los últimos días generó otra grieta nacional cuando un impresionante comando de fuerzas de seguridad detuvo a siete mujeres y no logró encontrar a un grupo de varones que escapó justo a tiempo.
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Ocupación de terrenos que en estos casos llegó acompañada de un despliegue violento, de piedrazos, armas y ataques con fuego.
Un prefecto deberá ir a juicio acusado de homicidio, mientras que otros cuatro responderán por diversos delitos en el marco de aquel procedimiento.
Mucho más cerca de El Bolsón, en la misma Cueva del Ternero, el pasado 19 de noviembre de 2021, Elías Garay (29), integrante de la comunidad mapuche Lof Quemquemetrw, fue asesinado a balazos por dos hombres en un predio que aún permanece tomado. Se trata de una explotación forestal que este grupo reivindica como propiedad de sus antepasados.
Por el crimen, hay dos sospechosos presos, que estarían vinculados a los empresarios a cargo de aquella explotación forestal.
La violencia atrae a más violencia. El axioma hace ya unos años que se ha transformado en un lugar común en esta parte de la Patagonia.
Si bien en el país existe desde 2006 una ley para intentar registrar a todos los pueblos originarios y determinar si les corresponden o no territorios que habían sido ocupados por sus ancestros, lo concreto es que en el sur argentino las demandas corren más rápido que los plazos administrativos.
Mientras las carpetas técnicas y los estudios antropológicos se dilatan, en medio de pujas políticas y otros intereses siempre mezquinos, las diferentes comunidades proclamadas como mapuches comenzaron a ejecutar sus reivindicaciones cada una por su cuenta, con sus propios métodos. Y hasta aparecieron comunidades que nunca antes se habían conocido.
Detrás del genérico "mapuche" asoma una variedad heterogénea difícil de englobar como algo en común. Al hablar con los diferentes lonkos, los líderes de cada una de estas comunidades familiares, las contradicciones son más que evidentes: están los que buscan acatar la ley y esperar los plazos legales, quienes directamente usurpan y aquellos que apelan a la violencia como método, en una mezcla de reivindicación y anarquismo que pone en jaque a cualquier institución oficial, englobados en la denominada Resistencia Ancestral Mapuche (RAM).
Pu Lof, el grupo al que apoyaba Maldonado, se ubica entre estos últimos, con la figura siempre presente (pero prófuga) de Huala. Lo mismo que el Lafken Winkul Mapu, responsable de las usurpaciones en Villa Mascardi y con fluido contacto con Pu Lof.
Son varios los líderes de otras comunidades que aseguran que Pu Lof y Lafken Winkul Mapu no tienen nada que ver con la ancestralidad mapuche, que utilizar capuchas y ejecutar amenazas y a ataques vandálicos no forma parte de la cultura original, y hasta sospechan que en realidad se trata de grupos organizados con otros fines.
En El Bolsón, todas estas realidades confluyen al mismo tiempo. Grupos con reivindicaciones pacíficas, que han tomado tierras, y otros que directamente apelan al miedo. La secuencia de sucesos es más que llamativa: el 3 de octubre del año pasado, incendiaron la flamante secretaría de Turismo; un día después, atacaron con fuego el depósito de Vialidad, en proximidades del Cerro Catedral, camino a Bariloche; el 20 de aquel mismo mes, el club Andino de El Bolsón sufrió un ataque incendiario; casi un mes después, el 19, se produjo el asesinato del joven mapuche Garay, a manos de personas que estarían vinculadas a los empresarios que explotaban el lugar usurpado; y el pasado 21 de julio, un matrimonio sufrió un brutal ataque en el campin Kumelén, en la zona conocida como "Los Repollos", que también incluyó armas y fuego.
Ahora, allí cerca, en el cruce de la ruta 40 y la ruta 6 que trepa por la Cuesta del Ternero y lleva a El Maitén, ya en Chubut, hay un puesto fijo de Gendarmería Nacional. Se decidió apostarlo allí en medio del gran despliegue de las fuerzas de seguridad hace una semana en Villa Mascardi.
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