Un pueblito serrano tranquilo para descansar el finde largo

A sólo 135 kilómetros de Córdoba capital, se encuentra El Durazno. Su tranquilidad y su entorno natural único, lo convierten en un destino ideal para quienes buscan olvidarse del estrés y pasar unos días de descanso.

En medio de las Sierras Grandes de los Comechingones, El Durazno es sinónimo de relax. Una de las principales características de este lugar es que, si bien cuenta con todos los servicios, es un lugar en el que lo más importante es preservar el encanto de pueblo de ritmo tranquilo.

A ocho kilómetros al sur de Villa Yacanto de Calamuchita, este paraje se encuentra asentado en las márgenes del río homónimo. 

Los viajeros que llegan al lugar, se sorprenden por el verde cristalino de sus aguas, que son puras de vertiente, y que alternan su recorrido entre playas, arenales y cascadas.

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Una de las atracciones de este destino es la Reserva Natural Los Cajones, un lugar donde se encajona el agua entre las piedras, formando ollitas de hasta siete metros de profundad y un espectáculo natural único. 

Es un espacio muy concurrido por jóvenes, ya sea para un chapuzón o para pasar el rato tomando unos mates.

Se puede llegar a la Reserva de dos formas. Mediante una caminata de dos kilómetros a lo largo de la orilla del río, que comienza en el ingreso del pueblo, donde hay cartelería que marca el comienzo del camino que lleva al lugar. Ó, bajando a través de las mismas rocas hasta el río, actividad que ya forma parte de los atractivos del lugar. 

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Sus extensos bosques de pinos son el marco perfecto para pasear en bici, caminar o recorrer los senderos y escalinatas, que están integrados con el entorno. 

En la recorrida por El Durazno, se podrá encontrar el famoso puente colgante, que está en la entrada de la localidad, y que constituye el spot ideal para tomar la foto que mejor representa el espíritu calmo del lugar.

Otro de los imperdibles de este lugar, es Lahuen, su pintoresca casa de té. Decorada con vibrantes colores que contrastan con el rojizo de sus paredes de madera, resulta atractiva para quienes buscan esa sensación casi mágica de compartir un desayuno o una merienda en el medio del bosque.

Para disfrutar El Durazno, se puede ir a pasar el día o pernoctar. Siempre se recomienda la segunda opción, ya que permite captar de manera completa la sensación de paz que da el lugar. Quienes deseen pasar la noche, podrán hacerlo en cabañas y hoteles de distintas categorías. También hay campings con proveedurías, duchas y asadores. 

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