Con un auto a basura, viajó desde La Quiaca a Río Gallegos

Un ingeniero electromecánico de 65 años, nacido en Estados Unidos pero argentino por adopción desde su infancia, acondicionó un automóvil para que funcionara a basura y viajó más de 6.200 kilómetros, en una travesía ecológica que unió La Quiaca con Río Gallegos.

Se trata de Edmundo Ramos, quien investigó y trabajó durante una década para darle forma a su invento, que es un mecanismo que le permite impulsar su camioneta Ford Ranchero con el gas que produce la combustión de residuos secos.

Junto a su esposa Fabiola Dieguez, oriunda de Río Segundo, comenzaron un viaje desde la localidad cordobesa de Anisacate, donde residen.

“La Ford Ranchero es trifásica: GNC, nafta o basura. Yo la hago andar con residuos. La enciendo con esas tres cosas para que vean que es con el mismo motor original. Así, doy el mensaje de que cualquier vehículo que hoy funciona con gas o nafta podría funcionar con lo que denomino ‘gasura’”, contó Ramos este miércoles a Cadena 3.

“He diseñado un gasificador, que es distinto de un biodigestor. Éste último usa basura húmeda o mojada, que luego de semanas se pudre y genera metano. En cambio, mi invento usa basura seca, como cáscaras, carozos, semillas, restos de poda, carbón o madera. Se enciende fuego y uso el humo. A los cinco minutos, estoy en la calle”, detalló.

“Uso el humo de esa basura que está combustionando, que es monóxido de carbono. También le inyecto agua. El combustible está formado por basura, hidrógeno y oxígeno”, agregó.

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Según relató, su diseño original era “como un termotanque de 70 litros”, que le daba autonomía de 70 kilómetros. “Nos planteamos hacer la ruta 40 y fabriqué un tráiler con tres gasificadores, que me da 500 kilómetros sin parar a recargar basura”, indicó.

“El motor es 221, de 3,6 litros. Es el original. La única modificación que le hice es una valvulita para seleccionar si funciona con nafta, GNC o basura”, precisó.

En otro momento de la entrevista, reveló los fundamentos de su idea. “Cuando me planteé reemplazar el petróleo, que es finito, por algo que no se acabe nunca, dije que era la basura. Estuve 10 años investigando. Encontré gasógenos, que usaban madera. Pero yo quería que sea algo sencillo, para que cualquiera lo pudiera copiar”, afirmó.

“Los gasógenos eran muy complicados y difíciles de manejar. Yo invertí el flujo. El gasificador terminó siendo un tacho con una tapa y dos agujeros. En mi cuenta de Facebook, Auto a Basura, se pueden descargar los planos y pasos a seguir”, añadió.

En ese momento, la pareja se encuentra en Río Gallegos y le quedan sólo 100 kilómetros para dar por concluida su extensa aventura, que finalizará en Cabo Vírgenes, en la provincia de Santa Cruz.

Entrevista de “Turno Noche”.