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26/09/2022 | 22:30 | La misión, denominada "DART", se trató de un ensayo de defensa planetaria a futuro. Ahora, los científicos deberán analizar mediante telescopios si el cohete pudo desviar la roca de su curso original.
Redacción Cadena 3
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El lunes se realizará la misión DART de la Nasa: una nave impactará un asteroide
La nave espacial enviada por la NASA para desviar la trayectoria de un asteroide impactó hoy contra su objetivo, como parte de una prueba inédita de "defensa planetaria" que debería permitir proteger mejor a la Tierra de una eventual colisión devastadora con un objeto cósmico.
La nave, más pequeña que un automóvil, se estrelló a más de 20.000 kilómetros por hora contra el asteroide Dimorphos, al que alcanzó a la hora prevista, las 23H14 GMT (20.14 hora argentina), informó la agencia AFP.
En la transmisión en vivo se podían distinguir claramente las rocas en la superficie gris del asteroide situado a unos 11 millones de kilómetros de la Tierra.
"Nos embarcamos en una nueva era, en la que tenemos potencialmente la capacidad de protegernos de un impacto de asteroide peligroso", declaró Lori Glaze, directora de ciencias planetarias de la NASA.
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Serán necesarios varios días o quizá semanas para que los científicos puedan confirmar que la trayectoria del asteroide realmente cambió, y lo harán gracias a telescopios en la Tierra que observarán el cambio de brillo cuando el pequeño asteroide pase delante o detrás del grande.
El astrónomo Jorge Coghlan había explicado: "Es una prueba por si en un futuro un asteroide mayor pone en peligro a la Tierra. Es tan importante como la llegada del hombre a la Luna o como cuando se enviaron robots a otros planetas".
Coghlan afirmó que es una prueba en la que no se van a usar explosivos. "Es de acción-reacción. Es el impacto del choque de la nave de dos metros contra el asteroide de 10 metros de diámetro a 100 mil kilómetros por hora", relató. " Un módulo impacta y el otro filma. Será impresionante", se entusiasmó.
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La nave no es más grande que un automóvil y el asteroide tiene unos 160 metros de diámetro, es decir la mitad de la altura de la Torre Eiffel.
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Según se explicó, no se trata de destruir el asteroide sino de empujarlo ligeramente con una técnica que se llama impacto cinético.
La misión de 330 millones de dólares es la culminación de más de ocho años de trabajo de un equipo de científicos en Estados Unidos.
Dimorphos es, en realidad, el satélite de un asteroide más grande denominado Didymos (de 780 metros de diámetro), que cumple su órbita en 11 horas y 55 minutos.
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El objetivo fue reducir la órbita de Dimorphos alrededor de Didymos en unos diez minutos, de acuerdo a lo indicado por la NASA.
Este cambio se puede medir con telescopios desde la Tierra, observando la variación de brillo cuando el asteroide pequeño pasa por delante del grande.
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El objetivo puede parecer modesto, pero esta prueba fue crucial para el futuro ya que se trata de comprender mejor cómo reaccionará Dimorphos, representativo de una población de asteroides bastante comunes, cuya composición exacta no se conoce.
Para alcanzar un objetivo tan pequeño, la nave se dirigió de forma autónoma durante las últimas cuatro horas, como un misil autoguiado.
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Su cámara, llamada DRACO, tomó el último momento todas las imágenes del asteroide, cuya forma (redonda, oblonga, etc.) aún se desconoce. Lo hizo a un ritmo de un cuadro por segundo, visible en vivo en la Tierra con un retraso de solo unos 45 segundos.
"Comenzará como un pequeño punto de luz y, finalmente, se ampliará y llenará todo el campo visual", dijo Nancy Chabot, del Laboratorio de Física Aplicada (APL) de la Universidad Johns Hopkins, donde se encuentra el centro de control.
"Estas imágenes seguirán llegando, hasta que dejen de hacerlo", agregó, refiriéndose al momento de la explosión.
Tres minutos después, un satélite del tamaño de una caja de zapatos, llamado LICIACube y lanzado por DART hace unos días, pasará a unos 55 kilómetros del asteroide para capturar imágenes de la colisión, que serán enviadas a la Tierra en las próximas semanas y meses.
El evento también será observado por los telescopios espaciales Hubble y James Webb, que deberían poder detectar una brillante nube de polvo.
Luego, la sonda europea HERA, que despegará en 2024, observará de cerca a Dimorphos en 2026 para evaluar las consecuencias del impacto y calcular, por primera vez, la masa del asteroide.
Muy pocos de los asteroides conocidos se consideran potencialmente peligrosos, y ninguno lo será en los próximos 100 años, pero "les aseguro que si esperan lo suficiente, habrá uno", dijo el científico jefe de la NASA, Thomas Zurbuchen.
Se catalogaron cerca de 30.000 asteroides de todos los tamaños en las inmediaciones de la Tierra (se les llama objetos cercanos a la Tierra, es decir que su órbita cruza la órbita terrestre) y cada año se encuentran unos 3.000 nuevos.
Los científicos aseguran que los asteroides de un kilómetro o más han sido avistados casi todos, pero estiman que solo conocen alrededor del 40 por ciento de los asteroides que miden 140 metros o más, capaces de devastar una región entera.
Entrevista de "Turno Noche".
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