Crisis institucional
09/02/2019 | 09:35 |
La escasez y la hiperinflación llevan a los ciudadanos a adquirir medicamentos de origen desconocido en el límite con Colombia. Mirá las fotos.
Venezuela es lo más parecido al reino del revés. Las farmacias están vacías pero en las fronteras con Colombia las calles están plagadas de vendedores ambulantes que ofrecen todo tipo de analgésicos y medicinas.
Los venezolanos, agobiados por la escasez y la hiperinflación, se trasladan hasta el puente internacional Simón Bolívar para poder conseguir cualquier medicina por más que tenga un precio sospechoso y un origen desconocido. Pueden estar vencidos, dañados o ser simplemente placebos. Por día, unos 35.000 venezolanos recorren las "farmacias callejeras" para conseguir algún medicamento.
Sobre el puente Simón Bolívar, hay diferentes precios. Por ejemplo: 30 pastillas de acetaminofén (analgésicos) cuestan unos 60 centavos de dólar. Veinte tabletas de la misma medicina cuestan unos 3,8 dólares en cualquier farmacia de Bogotá.
"Hay muchas personas necesitadas que estaban partiendo para comprar una medicina", sostiene José Álvarez, un venezolano radicado hace dos meses en Cúcuta y que aprovechó la situación para hacer su negocio.
Giovanni Plaza es una de esas personas. Él contrajo VIH sida hace cinco años. En diciembre, cruzó a la ciudad de Cúcuta, Colombia para conseguir los antirretrovirales que necesita para vivir. Allí, una organización estadounidense que atiende a miles de migrantes que huyen de la peor crisis de la historia moderna de Venezuela, le brindó gratuitamente el tratamiento.
"Gracias a Dios estoy aquí de pie. Pero tengo mucha bronca por mis compatriotas que tienen que tienen que conformarse con conseguir algo en las 'farmacias callejeras'", dijo Plaza.
La escasez de medicamentos en Venezuela ronda el 85%. Miles de enfermos con afecciones crónicas tienen dificultades para acceder a sus tratamientos, según ONGs y grupos humanitarios críticos del gobierno.