Las anécdotas de la juventud primaveral de Titi Ciabattoni

Los amigos de Titi Ciabattoni recordaron divertidas anécdotas del conductor de Una Mañana para Todos en sus años mozos de estudiante.

“Siempre que me ve me reprocha que yo lo aturdí en el viaje de estudio con un tema que estaba de moda y yo lo tenía un humilde casete que amaba con toda mi alma y en mi delirio de estar enamorada de la vida a esa edad y estaba feliz ponía a cada ratito”, contó una ex compañera y amiga del secundario Marcela Celis.

“Aparte de la canción lo aturdía que yo cantaba a gritos con las chicas el estribillo: ‘Aire ah ah ah, soy como el aire…”, agregó.

Oscarcito Viña, amigo de Ciabattoni, confesó que el conductor era “un gran admirador e hincha de fútbol”.

“Cuando era chico tenía un fixture que confeccionaba él mismo y hacía un simulacro en la canchita de fútbol del Comercial frente a la terminal de ómnibus de la confitería y volcaba los resultados en el cuaderno y así fecha tras fecha. Hincha de Boca por más que él armaba el campeonato los perdía todos” rememoró.

También su hermana aportó información sobre la juventud de Ciabattoni: “Cuando mi mamá lo llamó para que trabajara en el bar aparecía a las once, previo su lindo desayuno. No era su fuerte la gastronomía y siempre se dedicó a relatar el fútbol y la música”.

“Es una gran persona”, lo describió.

En coincidencia con su época de empleado de bar, “Rifle” su hermano reveló: “No le gustaba el bar, ni atender a la gente y una vez atendiendo a un hombre le pregunta si tenía ‘sándwich de pan francés’ y él responde ‘no, pan argentino’”.

Pedro Fray, gran amigo, habló sobre una noche de diversión frustrada: “Llegamos al corso de San Marcos y pagamos las entradas carísimas, cuando los tres cuando volvimos a pasar habían cerrado la boletería, se acabó el corso, estuvimos un ratito y volvimos”.

“Cuando tenía el programa ‘Va por vos’, que lo hacía a la noche llegaba a las 12 comía algo y se quedaba escuchando las radios de Chile y Uruguay hasta las 3, 4, 5 de la mañana y después no podían trabajar”, contó otro de sus amigos