Post-pandemia
08/11/2022 | 17:38 | La pediatra Angie Wapenka analizó en Cadena 3 Rosario los riesgos de la exposición a los dispositivos tecnológicos, no solo por luminosidad sino por el contenido. Además, dio pautas de alarma.
Redacción Cadena 3 Rosario
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Alerta por la "pubertad precoz": el impacto de pantallas y redes sociales.
Una investigación realizada por médicos italianos concluyó a fines de 2020 que hubo una "mayor incidencia de Pubertad Precoz Central (PPC) y acelerada en niñas durante y después del confinamiento" por la pandemia de la Covid-19 y esto se vio reflejado en consultorios argentinos en los últimos dos años.
“Es una consulta frecuente post-pandemia, la cual nos dejó algunos hábitos que han quedado y estamos intentando salir de esta situación. Hay hipótesis actuales de que en la exposición continua y extrema de los niños sobre las pantallas, estas luces acelerarían una cierta generación de hormonas que no deberían estar liberándose a cierta edad”, afirmó la pediatra Angie Wapenka en diálogo con “Chiqui” Abecasis en Viva la Radio por Cadena 3 Rosario.
“Esta liberación hace que el niño en vez de hacer su pubertad de manera natural y normal la empieza a hacer antes”, completó.
La PPC es la aparición prematura de caracteres sexuales secundarios en la infancia antes de la edad considerada mínima, es decir, el aumento del volumen de los testículos -que pasa a ser mayor de 4 mililitros- antes de los 9 en niños, y la aparición del botón mamario antes de los 8 en niñas, y debe ser diagnosticada por endocrinólogos.
Otros indicios que evalúan en la atención médica durante la infancia son la aparición prematura del vello púbico, vello axilar, acné, grasitud del cabello, sudor con olor y el mayor crecimiento en altura, además de los cambios de ánimo o personalidad que pueden afectar a la infancia en su socialización.
Si bien aclaró que “en la pandemia ayudó a que los niños, dentro de todo, puedan transitar la escuela y comunicarse con sus familias”, Wapenka afirmó que “en los pre-púber lo que tiene es lo dañino de redes sociales, la música que escuchan, los videos que ven, coreografías y bailes, maneras de moverse, el lenguaje, todo eso repercute en el cerebro de cada niño, que no está preparado para recibir esas narrativas tan agresivas”.
La pediatra admitió que “hay tratamiento”, pero enfatizó en la importancia de advertir “señales de alarma” previas, algo que complicó la pandemia y hace que hoy aparezcan gran cantidad de casos por haber estado “en un paréntesis de dos años” en cuanto al control.
“Hay tratamiento si se llega a un diagnóstico de certeza, el chico sigue su vida, pero lo ideal, como en todo en la medicina, es prevenir, que es curar”, cerró.
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