Paladar de sommelier: declive del vino, cerveza en auge y otras "bebidas de moda"

Las cervezas lograron recuperar en las últimas décadas el volumen de consumo, mientras que los vinos acentuaron la contracción, según reveló este viernes el sommelier y titular de una vinoteca Diego Sidlik.

En diálogo con Rodrigo Ipolitti en Viva la Radio por Cadena 3 Rosario, el experto sostuvo que “bajó muchísimo el consumo de vino, reemplazado por otras bebidas” y lo graficó con una cifra contundente: “en la década del 70 se consumían 80, 90 litros per cápita al año; hoy 20, 22, tres veces menos”.

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Apariencias y realidad. “Esto sucede a diferencia de lo que se cree (la gente cree que está bien posicionado). El vino está bien porque es el quinto o sexto productor a nivel mundial, está entre los vinos de calidad. Francia, Italia, España, Alemania, Estados Unidos, Argentina y Chile, esos son los principales”.

Accesibilidad. “Hacemos vinos de gran calidad, que se venden en todo el mundo y en nuestro país es muy barato si uno piensa que por menos de 1.000 pesos se puede tomar un gran vino. A veces lo subestimamos, en góndolas de EE.UU. son vinos de 10 o 15 dólares, mucho más de lo que pagamos acá”.

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En espejo, la cerveza. “Con la cerveza pasa todo lo contrario, hay un boom en los últimos 10 años de cerveza artesanal, en Rosario intensamente. Ahora creo que empezó a diversificarse la cosa. Antes, durante tres o cuatro años, cada dos días abría una cervecería nueva a 50 metros de la otra, eso generó aumento del consumo, acercamiento a la cultura cervecera”.

Snobismo vs. descontractura. “Después otro de los factores que influyen fuertemente es que la cerveza es sumamente descontracturada, a diferencia del vino. Es culpa de quienes vivimos del vino y de quienes lo hacen y lo venden: le pusimos rituales alrededor, mucho snobismo. Se dicen burradas como que se toma a temperatura ambiente. Entre 7 y 18 grados se toma, por poner rango. Hace 35° en Rosario, si tomas a esa temperatura nunca más querés tomar un vino. La birra, agarras una en cualquier quiosco y la tomas por la calle, con que este fría alcanza, nadie te mira mal. Si salís con una botella de vino, mínimamente te dicen el borracho ese que va paseándose por la calle”.

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Vino en lata y brecha generacional. “Son manotazos de ahogado del vino por recuperar un poco, peor sería no hacer nada. La guerra está perdida contra la cerveza, por cuestiones de marketing. Es cambiar un poco para abrirse, empiezan a aparecer nuevos envases, está bien para determinados tipos de vino: rosado, blanco, espumoso. Tinto en lata no me gusta, tiene siempre una punta de gas carbónico, esa presión para conservar en buen estado, y con eso no me gusta. Viene bien pasarlo a una copa, trasvasarlo, ayudas a que se diluya un poco el gas. Es una buena alternativa para retomar el consumo y acercarse a los jóvenes. Hablas con un pibe de 19 o 20 años, no te toma ni a palo una copa de vino. Lo cortan con alguna bebida, eso también es algo que juega en contra. Tomarse un sodeado está mal visto y es un lujo”.

Otras bebidas. “Hay muchas bebidas cuyo consumo dejó de ser estacional, por ejemplo, la sidra. Antes, en Argentina se tomaba solo en diciembre, ahora todo el año, en botella, lata premium, gran variedad; el gin tonic también, gran momento”.