Un argentino ganó la medalla de oro en el "Mundial de Inventores" en Suiza

El argentino Germán Nagahama ganó este año la Medalla de Oro en la categoría Seguridad del 48 Salón International des Inventions de Geneva (Ginebra, Suiza), por haber creado un dispositivo con lámparas LED que funciona a agua.

“Básicamente, la celda de energía es muy similar a como funciona con pila o batería, pero a los medios contaminantes, que suelen ser ácidos o alcalinos, los reemplacé con agua, como con la primera forma de pila que el hombre inventó gracias a Volta, en el año 1800”, contó a “Chiqui” Abecasis en Viva la Radio por Cadena 3 Rosario.

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“Una de las características de un invento es que no se ha hecho antes, no hay mucha información, uno va medio a ciegas y lograr ver que encendía el led de esa manera fue algo enorme, el comienzo de saber que era posible hacerlo. Y después, todo el tema de autorización”, agregó.

El inventor es licenciado en Comercio Internacional y hoy vive a partir de un comercio de electrónica, de la cual es aficionado desde su más tierna edad.

“De chico siempre fui muy curioso, me gustaba saber cómo funcionaban las cosas, lo típico: ante un regalo de un juguete, lo desarmaba. Los volvía locos a los viejos, esa misma curiosidad me fue llevado a entender primero funcionamiento y luego ir viendo productos que necesitaba, herramientas, y si no existían me las hacía yo mismo”, relató.

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Y continuó: “De forma autodidacta fui aprendiendo electrónica, investigando opciones, formas de generar energía fui investigando y probando elementos, cuando llegué a pila de volta, primera pila, porque no se había dado uso, aquella época por la poca energía que entregaba se descartó la idea como algo útil”.

Por último, Nagahama relató los pequeños pasos de su proyecto hasta llegar al éxito.

“Supuse que por los avances que tuvo electrónica, alguna utilidad al día de hoy día iba a tener y así empecé a desarrollar esta lámpara. La LED consume muy poca energía, fue ir probando a ver si era suficiente, no llegaba con el voltaje, tuve que diseñar yo mismo un amplificador de corriente para que se pueda encender, hubo unos primeros intentos torpes, pero me dieron el aliento para seguir porque, si bien era muy tenue, lo pude encender. Con bastante trabajo, fui aumentando a la intensidad hasta que llegué a un punto en que era útil. Ese día fue enorme”, concluyó.