El mundo, en vilo
25/01/2019 | 22:30 |
El hallazgo se produjo este sábado a la madrugada. Los rescatistas recuperaron el cuerpo tras 13 días de trabajos, en los que participaron más de 300 efectivos en turnos rotativos.
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El cuerpo sin vida de Julen, el niño de dos años que cayó en un pozo mientras jugaba el pasado domingo 13 de enero en el municipio malagueño de Totalán fue hallado en la madrugada de este sábado por un equipo de rescate integrado a lo largo de varias jornadas por más de 300 personas, confirmaron fuentes de subdelegación del Gobierno.
Luego del hallazgo del niño fallecido se activó la comisión judicial que actúa en el caso, según precisó un despacho de la agencia noticiosa DPA.
Colaboraron en el rescate más de 300 efectivos, que trabajaron por turnos desde que el pasado 13 de enero se recibiera el aviso de caída de un menor por un agujero de 25 centímetros de diámetro y 110 metros de profundidad en la zona conocida como Dolmen del Cerro de la Corona de esta localidad malagueña.
El niño, que estaba con unos familiares en una finca, cayó en un orificio de pequeño diámetro pero gran profundidad mientras buscaba agua y desde entonces se activó un operativo para rescatarlo formado por efectivos de distintos cuerpos que trabajaron en el lugar día, tarde y noche sin descanso, a pesar de las grandes dificultades técnicas que encontraron, como la extremada dureza del terreno.
Los últimos centímetros de excavación resultaron muy difíciles, ya que los expertos encontraron cuarcita, uno de los minerales más duros del mundo, lo que los obligó a realizar la cuarta minivoladura consecutiva, que retrasó por enésima vez el operativo.
"Debe ser de máxima precisión, dada la cercanía en la que se encuentra el pequeño", había asegurado el comandante de la Guardia Civil, Miguel Ángel Albeniz antes de que se ejecutara la intervención.
Cada vez que realizaron este proceso, los mineros subieron a la superficie e intervinieron los especialistas en explosivos de la Guardia Civil para detonar la carga, lo que demora más de una hora.
"Si seguimos encontrando cuarcita se va a complicar", había advertido Albeniz antes de que los mineros volvieran a bajar al pozo casi sobre la medianoche local.
En el lugar se instaló un hospital de campaña, por si hubiera sido necesaria una atención médica urgente, y la Guardia Civil trasladó tres helicópteros a la zona por si hubiera hecho falta proceder al traslado del menor hacia algún centro médico.
Francisco Delgado Bonilla, delegado del consorcio de bomberos de Málaga, que participó del operativo de rescate, comentó la complejidad del operativo, a cargo de la Brigada de Salvamento Minero, que trabajó a 72 metros de profundidad.
Los mineros intervinieron durante el viernes en la fase final, luego de once días de intensos y dificultosos trabajos de ingeniería para perforar un túnel vertical al pozo en el que cayó el menor el pasado 13 de enero.
Por medio de una cápsula bajaron a la zona más profunda del túnel y desde allí se abrieron camino de forma manual con martillos hidráulicos y sosteniendo el techo y los laterales con madera, una técnica típica de la minería tradicional del carbón.