Rincones del país
20/09/2021 | 18:36 | Está en una reserva natural de 13.227 hectáreas, 140 kilómetros al norte de Posadas. Cuenta con tres senderos de distintas dificultades para hacer trekking y disfrutar de la naturaleza. Mirá.
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Salto Encantado, un atractivo ideal para los amantes del turismo aventura
Al norte de la ciudad de Posadas se encuentra el Parque Salto Encantado, una reserva natural de 13.227 hectáreas que alberga diversas especies de árboles, una rica y variada fauna, innumerables especies de aves y un salto de 64 metros que le da su nombre.
Esta reserva es uno de sus exponentes más notables de Misiones, provincia que se destaca como un polo de singular atracción para el turismo ávido de naturaleza, ya que propone y facilita el contacto con las maravillas de su tierra y ofrece un abanico de alternativas para disfrutar al aire libre. Las instalaciones del parque abren sus puertas al turismo todos los días de 9 a 17.
El jefe de los guardaparques, Fabio Malosh, contó a Cadena 3 que el Salto Encantado es la principal atracción del parque. ´
"Se trata de una vertiente natural, es decir, una cascada de 60 de metros de alturas, que proviene del arroyo Cuña Pirú. El Salto a la Olla y la Cascada del Picaflor son otros de los lugares más concurridos dentro de la reserva", detalló.
La permanencia en el parque es hasta las 18. En época de pandemia, las personas tienen que acatar las medidas de bioseguridad como el uso de barbijo y alcohol en gel.
En el recorrido, el visitante necesitará sólo uno de sus sentidos para encontrar el inicio del salto: entre los trinos de las especies de pájaros que habitan esta selva virgen, podrá oír el constante ronroneo del torrente precipitándose.
Una serpenteante escalera de 375 escalones permite bajar hasta el pie de la cascada, lugar donde el sonido del alud de agua es aun más fuerte.
Matices de colores se fusionan en el parque, bañados por la bruma que emerge del salto, en esta selva que los guaraníes llaman "Ivirá Retá" (La Tierra de los Árboles).
Las imponentes guayubirás, donde anidan tucanes y carpinteros, parecen tocar el cielo, mientras helechos, musgos y hongos cubren el suelo, a manera de una heterogénea alfombra viviente.
La palmera pindó, con su fruto parecido a un caramelo, es el dulce preferido de ardillas y monos. Lapachos desperdigados a granel dejan caer sus hojas para dar lugar a ramilletes de flores fucsias y amarillas, simulando pinceladas de colores en medio del frondoso manto verde.
Bajo la sombra de estos gigantes, se encuentran especies que dan alimento a aves y mamíferos, tal el yacaratiá, con sus frutas amarillas y carnosas, y la yaboticaba. Con sus amplias hojas buscando el sol, asoma el güembé, atrayendo con su particular fruta a bulliciosos loros.
La llegada de la primavera permite ver en lo alto las flores más bellas: orquídeas, claveles, caraguatás y bromelias convocan a veloces picaflores y mariposas, sirviendo de refugio a pequeños anfibios.
A través de diferentes senderos en deck, es posible entrar en la selva para despertar los sentidos y vivir una mágica experiencia al cobijo de la frescura del monte.
El parque conforma uno de los 25 AICAS (Áreas Importantes para la Conservación de las Aves), de la provincia, ya que, gracias a su abundante vegetación, es refugio de muchas especies, entre las que se encuentran las cinco variedades de tucanes: Grande, Pico Verde, Arasarí Fajado, Arasarí Chico y Arasarí Banana.
Otros cuatro saltos y cascadas complementan la aventura, a los que se accede por senderos agrestes, algunos más largos y dificultosos, como el que conduce a Salto la Olla y a la Cascada del Picaflor; y otros más cortos que permiten llegar a saltos más pequeños pero no menos encantadores, como el Salto Escondido y el Acutí.
El parque ofrece todos los servicios para comodidad del visitante: dispone de un maxi kiosco en el que se puede obtener desde agua caliente para el mate, hasta elementos de primeros auxilios; un puesto de venta de artesanías locales, y sanitarios que se destacan por su limpieza y equipamiento.
El restaurante del predio, con una espectacular vista al cañadón del Salto Encantado, brinda al turista la posibilidad de disfrutar exquisitos platos típicos, mientras disfruta del entorno selvático incomparable.
El servicio de información turística se encuentra disponible en todo momento y su personal especializado trabaja con esmero para que el visitante pueda elegir, entre los recorridos posibles, el que más se adapte a sus gustos y posibilidades, tanto físicas como de disponibilidad de tiempo.
Las tarifas de acceso, muy económicas, están diferenciadas, comprendiendo una escala que va desde los $ 30 para los lugareños, hasta los $ 250 para extranjeros. El turista argentino abona un ingreso único de $ 150, mientras que los niños menores de seis años, personas con discapacidad y estudiantes de la provincia poseen acceso gratuito.
El parque se encuentra a 140 kilómetros al norte de Posadas, próximo a la localidad de Aristóbulo del Valle. Desde la capital misionera, se llega por la ruta nacional 12 hasta la localidad de Santa Ana, luego se toma la ruta provincial 103 hasta Oberá y, desde allí, la ruta nacional 14 hasta la ruta provincial 220, donde en el Paraje Salto Encantado se gira a la izquierda y se recorren tres kilómetros hasta el acceso al parque.
Informe de Agustina Vivanco.
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