El Himno de Córdoba

Marcos Calligaris

La ciudad supo contar con su propio himno, que actualmente se encuentra en el olvido. Entonado por primera vez el 6 de julio de 1943, en el marco de los festejos por el 370º aniversario de la fundación de la ciudad, su música había sido compuesta por Aldo Montanari, un profesor del Conservatorio Provincial, en tanto que la letra estuvo a cargo del poeta, escritor y periodista Nicolás Lobos Porto.

La obra evoca el ánimo de la ciudad, alude a su universidad, a sus iglesias, a sus fértiles tierras, a su gente, a sus coloridos días, y la describe como la "Córdoba azul", en referencia al poema homónimo de Arturo Capdevila.

En su edición del 17 de Julio de 1946, el diario Córdoba publicó: "En el himno hay una fina comprensión del espíritu de la ciudad, de sus sentimientos y tendencias más hondas". El último registro de su interpretación fue en 1948.

El himno: Córdoba mía, templo del saber / altiva y noble, mi ciudad / La estrofa te da sus loores / con un sincero y grande amor. // Bendito cielo el que te ampara, / plegaria azul que llega hasta Dios. / ¡Bendito el nombre como lo llevas, / con limpios timbres de honor! // Suelo querido / en cuya alma se encuentran / grandes dulzuras en luminoso acento, / suelo querido / que tus hijos y aquellos / que al verte en una tarde diéronte amor. // Córdoba, cuna de guerreros, / de dulces líricos poetas, / jardín donde lucen su encanto / mujeres de clara virtud. // Y tu recuerdo alegra el corazón / con solo escuchar al amanecer, / y en la tarde, a tus campanas / voz de los templos de la fe. // Que Dios desde la gloria / tu rumbo proteja, / ¡ya estás en la historia, / mi Córdoba azul!