Alberto Fernández y la violencia de género: fracaso, hipocresía y acusación

Sergio Suppo

Hace dos días mencionamos que Alberto Fernández era un dirigente en caída libre, y era inexorable que se concretara una denuncia que Fabiola Yáñez ya había hecho trascender a través de los medios de comunicación. Por lo tanto, hoy hablaré de Alberto Fernández nuevamente, pero en su condición de presidente, no como acusado de maltrato y violencia familiar. De eso se encargará la Justicia, y esperemos que, si es culpable, sea debidamente condenado.

Quiero centrarme en el dirigente Alberto Fernández que llegó a la presidencia y nos hartó con un discurso hipócrita y mentiroso, basado en hechos reales. Existe en Argentina, como en muchos otros países, una problemática que es la violencia de género. Solo en 2023, fueron asesinadas en Argentina 250 mujeres. Femicidios que representan el 12% del total de los asesinatos cometidos el año pasado.

Me puse a revisar las cifras de los últimos 10 años, recogidas por el Observatorio de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, un organismo independiente que no ha hecho politiquería con el problema de la violencia de género. Lo que sí ha hecho el kirchnerismo, con Cristina Kirchner y Alberto Fernández durante años, es utilizar el tema de la violencia de género como arma arrojadiza contra potenciales adversarios. A aquellos que decían algo, se les acusaba de machirulos, de violentos, de defensores de los femicidas, etcétera.

Mientras tanto, se crearon un montón de reparticiones públicas que, lamentablemente, no sirvieron para nada. No digo que el Estado no deba ocuparse de un flagelo como el de los femicidios; simplemente afirmo que lo que hizo el kirchnerismo en esta materia, lamentablemente, fracasó. Quiero hablar con datos en la mano sobre lo que pasó con los femicidios en Argentina en los últimos 10 años. ¿Bajaron? No. Se mantuvieron prácticamente iguales durante la última década.

Hubo 250 femicidios en 2023, lo que representa el 1,03% de víctimas de femicidios cada 100.000 mujeres. La tasa en 2023 fue de 1,05, y en 2014 fue de 1,03. Esto indica que la cantidad de mujeres asesinadas cada año se ha mantenido estable. A pesar de los discursos y las políticas públicas, esas iniciativas fracasaron. Esto no significa que no deba haber una política estatal en contra de la violencia de género; por supuesto que debe haber. Lo que quiero señalar es que hubo un enorme ejercicio de hipocresía.

Volviendo a Alberto Fernández y al kirchnerismo, él se ha peleado con Cristina Kirchner y está en caída libre. Lo dije hace dos días y lo repito ahora: Alberto Fernández es una piltrafa política porque desobedeció las órdenes de Cristina Kirchner. Ahora, está en las peores condiciones políticas debido a una gravísima denuncia hecha por su exesposa. ¿Es la misma situación en la que se encuentra Fernando Espinosa, el detenido de La Matanza, quien al día siguiente de ser imputado por abuso sexual se sacó una foto con el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof?

Durante todos estos años, el exgobernador y senador de Tucumán, José Alperovich, estuvo en la misma situación, protegido por el silencio cómplice del kirchnerismo hasta que fue condenado. Me pregunto esto porque lo que ha predominado durante todos estos años es una enorme hipocresía en relación a un tema tan delicado y doloroso como la violencia de género en Argentina. Han utilizado este tema como un arma arrojadiza sin ningún resultado, ya que lamentablemente siguen matando mujeres todos los días en el país y toda la plata supuestamente destinada a evitar esta lamentable situación ha sido en vano.

Es necesario tener políticas efectivas y realizar inversiones en el Estado para proteger a las mujeres. Sin embargo, lo que hizo el kirchnerismo no sirvió de nada. Lamento mucho tener que decir esto.