El acuerdo del Congreso con el FMI, signo de los consensos que importan
18/03/2025 | 12:55Redacción Cadena 3

Nunca imaginé que un tema tan árido como las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) me mantendría tan pendiente de la política argentina. Pero aquí estoy, tratando de descifrar un debate que se ha colado en cada rincón de nuestra agenda nacional. Hay algo que me intriga: a pesar de las tensiones, las chispas y las grietas que dividen a nuestros dirigentes, empiezo a ver un hilo de consenso, frágil pero real, que podría guiarnos hacia una relación menos caótica con el mundo capitalista. Un analista lo dijo mejor que yo: "Hay consensos básicos en medio de grandes peleas". Y esa frase me quedó dando vueltas, porque refleja exactamente lo que siento al mirar este momento tan complicado.
No puedo evitar acordarme de los días de Alberto Fernández como presidente. Aquella etapa fue un caos de divisiones, especialmente dentro del oficialismo. Todavía me sorprende que la mitad del bloque peronista haya votado en contra del acuerdo con el FMI. Fue como ver a una familia discutiendo en la mesa mientras el resto del barrio miraba por la ventana. Pero ahora, algo parece estar cambiando. Dicen que un amplio espectro del Congreso –desde sectores del peronismo hasta partidos provinciales– podría respaldar el nuevo acuerdo. Si eso pasa, me pregunto si estaremos ante un giro inesperado, uno que le dé un poco de oxígeno a nuestra política fragmentada.
Las encuestas que leo me dan una mezcla de alivio y curiosidad. Entre un 60% y un 70% del sistema político argentino parece apostar por un modelo capitalista. Eso me hace pensar: ¿y si realmente estamos dejando atrás esa postura que rechaza integrarnos al mundo económico? Si queremos un futuro más sólido, necesitamos ese apoyo, aunque venga con sus bemoles. Porque, seamos honestos, construir algo estable sobre una base tan movediza no es tarea fácil.
Pero hay otro ingrediente que me tiene con los nervios de punta: las elecciones que se vienen. No es solo un debate sobre números y deudas; lo que está en juego es un cambio en el mapa del Congreso. Si el gobierno actual logra una mayoría, siento que podría tener las manos más libres para tomar decisiones grandes, de esas que la economía lleva años pidiendo a gritos. Imagino lo que significaría: un país donde las políticas no se queden en promesas, sino que se planten con fuerza. Claro, no es tan simple, y lo sé bien. La realidad siempre tiene una forma de complicarlo todo.
Porque, aunque me emociona la idea de un consenso, no soy tan ingenuo como para ignorar las dudas. Hay una advertencia que me resuena: aprobar el acuerdo con el FMI no garantiza que se aplique como corresponde. Y ahí es donde me pongo a pensar en Javier Milei y su gobierno. Todo esto –el acuerdo, el respaldo, las esperanzas– depende de cómo manejen la economía en los próximos meses. No es solo firmar un papel; es hacer que funcione. Si fallan, si la ejecución se tambalea, todo este castillo de naipes que estoy imaginando podría venirse abajo. Y si sale bien… bueno, podría ser el empujón que necesitamos.