El avión de las nuevas y viejas sospechas

Sergio Suppo

Hay un tema que guarda reminiscencia de lo que tratamos la semana pasada. Me refiero al caso del avión venezolano comprado a Irán.

Un avión que hace exactamente una semana, el 6 de junio, aterrizó aquí en Córdoba porque había niebla. Quiso ir a aterrizar al aeropuerto de Carrasco, en Montevideo. Uruguay no lo dejó. Es un avión de carga comprado por Venezuela a una empresa de carga aérea iraní.

Esta mañana, el presidente de Venezuela visitaba Teherán y tenía un nuevo acuerdo con el régimen iraní, de acercamiento y entendimiento de mutua colaboración. Es ya muy conocida la relación de Venezuela con el régimen iraní, a través de cuyo puente cruzó la Argentina el gobierno de Cristina Kirchner para hacer un acuerdo por el atentado a la AMIA. Ahora mismo sabemos que terminó en la nada y en una causa judicial de la que finalmente la ex presidenta fue absuelta.

Al mismo tiempo, la semana pasada, en la Cumbre de las Américas el presidente Alberto Fernández defendía a Venezuela, a Cuba y a Nicaragua. La relación con Venezuela está en un tránsito de reconciliación plena. Tanto que desde Teherán Maduro saludó las palabras de Alberto Fernández en la Cumbre de las Américas

A la Argentina no le parece que Venezuela sea un gobierno con problemas democráticos serios, con gravísimas denuncias de violaciones de derechos humanos y defiende su autonomía y su soberanía. A la Argentina no le parece que en Venezuela haya un régimen de partido único, miles de dirigentes políticos exiliados, millones de ciudadanos comunes de Venezuela esparcidos por el mundo por la hambruna generalizada del régimen que provoca la desastrosa política económica del régimen venezolano.

El problema de los derechos humanos en Venezuela para la Argentina no existe ,como parece tampoco existir este problema del avión, salvo que intervino el juez Federico Villena y decidió incautar los pasaportes de la tripulación. De ese avión la mitad son venezolanos y la otra mitad iraníes. A su vez, esta aerolínea iraní prestaba servicios a una organización considerada terrorista por los Estados Unidos.