El peronismo de Córdoba frente a su propia crisis
21/03/2025 | 14:05Redacción Cadena 3

Me voy a dedicar a analizar la geografía política del gobierno de Córdoba, un oficialismo que mantuvo el poder desde 1999 de manera ininterrumpida.
Sin embargo, en el último año y medio hemos sido testigos de un cambio de época que se refleja en el escenario electoral. Este cambio se debe a dos factores clave: la llegada de un nuevo presidente y un giro radical en el eje de la discusión política nacional, elementos que desestabilizan las estructuras políticas, especialmente la del oficialismo cordobés.
Durante mucho tiempo, el oficialismo cordobés construyó su poder en oposición al kirchnerismo, formando una alianza tácita con Juntos por el Cambio, particularmente con Mauricio Macri.
Pero esta relación se encuentra en crisis. La disolución de Juntos por el Cambio y la consiguiente búsqueda de salvación política han llevado a los actores de la política cordobesa a reubicarse en un nuevo mapa político.
Además, el liderazgo del peronismo en Córdoba cambió. Ya no son José Manuel de la Sota y Juan Schiaretti quienes marcan la pauta, sino Martín Llaryora, aunque Schiaretti sigue presente operando desde un bajo perfil.
Las especulaciones sobre la posible candidatura de Schiaretti para las próximas elecciones han generado incertidumbre. Recientemente, Daniel Pastore, un ministro de confianza de Llaryora, expresó su deseo de que Schiaretti se postule, pero lo hizo en un contexto que no convence a los seguidores del exgobernador.
La situación se complica aún más por la relación tensa entre Llaryora y el presidente Javier Milei, que tuvo sus altibajos desde que ambos asumieron sus respectivos cargos. Aunque Llaryora ha moderado su discurso, las diferencias ideológicas son evidentes, especialmente en temas como la obra pública y la intervención del Estado en la economía.
Llaryora expresó su descontento con el Gobierno nacional por las deudas acumuladas, incluyendo los fondos que Córdoba debería recibir por la Caja de Jubilaciones y obras públicas. Este reclamo resuena en un electorado que, durante años, se alineó con el macrismo a nivel nacional y con el delasottismo y el schiarettismo a nivel provincial.
La disonancia entre el residente Milei y el gobernador se convierte en un desafío adicional para el oficialismo cordobés, que se enfrenta a un panorama electoral complicado.
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La situación se tensa todavía más con la cercanía de las elecciones. La posibilidad de que Luis Juez y Rodrigo de Loredo, líderes de la oposición, se alineen con Milei añade una capa de complejidad al panorama electoral. La relación entre estos actores políticos podría convertirse en un problema para Llaryora en su intento de mantener el control en Córdoba.
Además, el escándalo en la legislatura de Córdoba, relacionado con un pseudo-dirigente político, exacerbó las tensiones internas. La controversia en torno al caso Guillermo Kraisman puso en evidencia la falta de transparencia en la gestión pública.
La negativa a proporcionar información sobre los contratados en la legislatura, bajo el argumento de "no estigmatizar", no resuena bien en un contexto en el que la ciudadanía demanda mayor claridad sobre el uso de los fondos públicos. Esta falta de transparencia se convierte en un punto de crítica, especialmente en un clima político donde Milei puso el foco en cómo se gastan los recursos.
Las acciones del fiscal anticorrupción, Franco Mondino, que comenzó su gestión acusando a un individuo relacionado con el escándalo, no ayudan a mejorar la imagen del Gobierno provincial.
Las acusaciones cruzadas entre los dirigentes peronistas y la vicegobernadora radical, Myrian Prunotto, complican aún más la situación. La decisión de Prunotto de viajar a Nueva York en medio de la crisis fue objeto de críticas, lo que refleja la fractura interna en la Legislatura de Córdoba.
En términos electorales, la gestión del intendente de la capital, Daniel Passerini, también genera preocupación dentro del gobierno provincial. La crítica hacia su desempeño se suma a un clima de incertidumbre sobre el futuro del peronismo en Córdoba.
¿Estamos frente a un momento crítico para el peronismo antes de las elecciones? ¿El electorado cordobés mantendrá su lealtad a un partido que ha gobernado durante 25 años, o estamos ante una crisis de mayor magnitud?
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