Las explicaciones pendientes de un presidente en apuros
18/02/2025 | 12:18Redacción Cadena 3

El Presidente tiene todavía una demostración pendiente y varias preguntas que tienen que ser respondidas. Es muy incómoda la situación cuando un político, en este caso el presidente de la Nación, Javier Milei, tiene que demostrar que no es un tonto porque de lo contrario puede quedar en el casillero de los delincuentes.
No estoy diciendo que Milei sea un delincuente, tampoco estoy diciendo que sea un tonto. Pero está obligado a decir que él se equivocó seriamente y que los filtros, las barreras para acceder a él fallaron. Algo de eso insinuó ayer.
El Presidente tiene que responder todavía si va a cumplir o no lo que insinuó como promesa para resolver esta situación, que es un cambio de actitud en relación a su entorno.
Su entorno está compuesto por solo dos personas, por lo menos es lo que sabemos: su hermana, que es una persona prácticamente inseparable, Karina Milei, Secretaria General de la Presidencia. Ella toma todas las decisiones operativas del Gobierno y también las políticas porque es la encargada, entre otras cosas, del armado político electoral del oficialismo. Y Santiago Caputo, que no tiene un cargo, sino que simplemente figura como asesor, originalmente era asesor en comunicaciones.
Santiago Caputo es mucho más que un asesor en comunicaciones. El resto son personas que no resuelven, que no forman parte de la discusión en la que se toman las decisiones del Presidente.
Después hay un sistema de relaciones personales en la que el Presidente ha quedado enredado. Y por último, y esto ya tiene más que ver con la opinión pública (algo de esto mostraba recién en la opinión que tienen nuestros oyentes respecto del caso) es si uno le cree o no le cree.
Sobre este punto voy a decir algo bastante sencillo de entender. Uno si tiene fe puede creer en Dios, en el Dios de los católicos, de los judíos, puede tener fe religiosa. Y no hace falta ninguna explicación para que uno tenga fe religiosa.
Por otra parte, la Argentina es un país muy extendido en materia de fe, muy creyente. Distinto es cuando uno habla de la fe o de la creencia en las personas y en particular de los dirigentes que nos gobiernan.
No estamos obligados a creer a cambio de nada. Yo no tengo por qué creer o no creer al Presidente por la cara, por cómo me habla o cómo me resulta. Los políticos están obligados a dar suficientes explicaciones que acompañen la idea que yo tengo predeterminada de esa persona. De eso se trata también este momento, que venía siendo el mejor momento político de Milei desde que es presidente.
Precisamente, porque el Presidente está demostrando que está encontrando el rumbo para bajar la inflación en la Argentina y que es posible achicar el déficit fiscal en la Argentina con un enorme esfuerzo que la gran mayoría o una mayoría importante de los argentinos viene acompañando. Eso amortigua este mal momento.
Por supuesto, no hace falta recordar que el kirchnerismo es absolutamente corrupto, empezando por la cabeza. Aunque una cosa no quita la otra.
Podemos haber hablado durante años y seguiremos hablando de los casos de corrupción del kirchnerismo sin por eso ignorar este momento. Milei es el que tiene que justificar su accionar Y en todo caso, si no lo puede hacer, tratar de explicarnos y decirnos a los argentinos cómo efectivamente va a cambiar su comportamiento que resultó completamente impropio y quedó expuesto a una investigación judicial que apenas se está empezando.