Llaryora y la reconfiguración de su estrategia

Sergio Suppo

La media sanción de la ley bases dejó varias conclusiones importantes relacionadas con los nuevos actores políticos argentinos.

Entre ellos se encuentran gobernadores como Martín Llaryora de Córdoba y Maximiliano Pullaro de Santa Fe, quienes han debutado recientemente en la escena política principal. Ambos han mostrado habilidades notables para navegar por las aguas turbulentas de la política argentina.

Llaryora, por ejemplo, logró superar una compleja discusión con el presidente Milei que le costó un daño político significativo. Hubo algún nivel de alerta en los indicadores de opinión pública para el gobernador de Córdoba, reconfiguró su discurso, ahora se presentó en esta nueva tanda de negociación como un hombre que colaboraba y hacía posible un acercamiento para la votación, que finalmente se concretó en diputados.

En Córdoba, Llaryora enfrenta desafíos significativos en temas de seguridad y endeudamiento. La Provincia tomó una gran deuda durante la gestión de Schiaretti para impulsar la obra pública, una estrategia que le permitió al peronismo ganar apoyo electoral. Pero ahora esa deuda debe pagarse y el ajuste económico es inevitable.

Hay, por lo tanto, una reconfiguración del discurso de Llaryora, y de sus acciones en función de lo que acabo de decir, la relación con la Nación, y el ajuste económico que no solo hace Milei, sino que también están obligados a ser cada uno de los gobernadores.