Señales claras de un cambio de etapa en el gobierno de Milei

Sergio Suppo

En los últimos días hemos presenciado ciertos acontecimientos políticos que marcan el comienzo de una nueva etapa. Nos preguntamos por qué Cristina Fernández ha decidido volver al centro del escenario político y por qué Javier Milei ha optado por responderle inmediatamente a su discurso. ¿Acaso no podría haber dejado pasar sus palabras como una forma de desprecio? No obstante, Milei decidió responderle el domingo pasado en dos extensas entrevistas.

¿Por qué está pasando todo esto? ¿Por qué Cristina vuelve? La respuesta puede estar en que Milei ya ha tomado acciones durante su gobierno que le dan a ella la posibilidad de reafirmar su liderazgo dentro del peronismo criticándolo. Ya no es un presidente solo de palabras sino también de hechos, con consecuencias y reacciones tanto positivas como negativas.

Milei responde a Cristina porque la considera su mejor rival posible debido al enorme desgaste político que tiene ella tras años de fracaso con sus políticas. Él se presenta como lo opuesto a los 20 años de decadencia acumulada durante la gestión Kirchner y Macri.

Pero esta nueva etapa política no solo se define por estos dos personajes. El gobierno de Milei ya tiene antecedentes y ha generado hechos que siguen la línea de lo realizado por Alberto Fernández, Macri y Cristina.

Además, hoy se votará la Ley Bases en la Cámara de Diputados. Aunque esta nueva versión es menos potente que la original, su aprobación marcará un nuevo escenario político. Los bloques que apoyen a Milei estarán marcando una diferencia y le complicarán el camino al gobierno.

Lo cierto es que los argentinos juzgaremos a Milei más por sus hechos que por sus palabras. Por eso Cristina tiene derecho a criticarlo por sus acciones y no solo por sus discursos. Mientras tanto, muchos argentinos esperan con ansias los resultados finales de este desenlace político.

Milei ha afirmado recientemente que ya está derrotando a la inflación porque los salarios están aumentando. Solo el tiempo dirá si esto es cierto o no. Pero una cosa es segura: en política, las palabras son importantes pero los hechos son aún más significativos.