Batallas difíciles en los refugios de la casta

Julio Perotti

El Congreso argentino, lugar preferentemente habitado por la casta política, es el territorio de las batallas más importantes que deberá dar el presidente Javier Milei.

En este período de sesiones extraordinarias La Libertad Avanza, de Milei, se enfrentará a un desafío mayúsculo con 38 bancas en Diputados, sobre 257, y 8 en el Senado sobre 72.

Esas son sus fuerzas terrenales y con ellas tendrá que dar la lucha parlamentaria, por más que diga Milei que el triunfo en la guerra no está en la cantidad de soldados, sino de las fuerzas que vienen del cielo.

Acá los que levantan la mano carecen de altruismo y espiritualidad, porque pesan intereses y ambiciones.

Por eso, será fundamental la muñeca política de los operadores oficialistas porque deberá negociar con una oposición fragmentada en 15 bloques en Diputados y 10 en el Senado para aprobar leyes clave, como la reversión de la rebaja del Impuesto a las Ganancias y la modificación al régimen electoral.

Qué está pasando en Diputados

Diputados oficializó la convocatoria para conformar este jueves cinco comisiones clave para la ley ómnibus.

Se trata de:

• Presupuesto y Hacienda.

• Asuntos Constitucionales.

• Legislación General.

• Relaciones Exteriores.

• Juicio Político.

Un escenario complicado

Para el gobierno de Milei, este escenario es un rompedero de cabeza.

Si no logra acuerdos con la oposición, no podrá aprobar las leyes clave que necesita para cumplir su agenda legislativa. Esto sin dudas debilitaría el plan.

La oposición, por su parte, está en una posición de fuerza. Con una mayoría numérica en ambas cámaras, puede imponer sus condiciones a la hora de negociar. Esto podría llevar a un escenario de parálisis legislativa, con consecuencias negativas para el país.

¿Qué puede hacer el gobierno?

Milei tiene dos opciones:

La más difícil: intentar negociar con la oposición para lograr acuerdos que le permitan aprobar sus leyes clave. Esto sería una tarea compleja y difícil, pero es la única manera de evitar un escenario de parálisis legislativa. Con todo, Milei no parece dispuesto a abrir el paquete.

Como contamos ayer, les dijo a sus diputados que en las comisiones todo se puede debatir, pero a la hora de votar, es a libro cerrado.

Pero en las últimas horas, con las cautelares de la Justicia que dictaron la suspensión de la parte de reforma laboral del DNU, ahora el Gobierno evalúa la posibilidad de aceptar modificaciones en las desregulaciones a la actividad pesquera contempladas en la Ley Ómnibus que despertó críticas incluso en sectores afines a la gestión de Milei. 

La más dañina: intentar gobernar por decreto, sin el aval del Congreso. Esto sería una medida arriesgada, que podría enfrentar al gobierno con la oposición y con la Justicia.

¿Cuál será el desenlace?

El final de este escenario es incierto.

Sin embargo, lo que está claro es que el gobierno de Milei se enfrenta a un desafío importante, que es superar la fragmentación del Congreso y lograr que juegue a su favor.

Milei espera y apela a la una metáfora futbolera:

“Los partidos tienen 90 minutos, no terminan hasta el pitazo final. Estamos confiados en que todo va a salir adelante”.

Pero cuando la promesa fue cambiar la realidad de cuajo, cada minuto que pasa parece llevar todo hasta la eternidad.