Con un abrazo y una foto no alcanza

Julio Perotti

Uno de los efectos indirectos de la crisis desatada en Jujuy, que tuvo graves incidentes el martes, fue la foto que todos los líderes de Juntos por el Cambio se hicieron para mostrar su respaldo a uno de los miembros de la coalición, el gobernador Gerardo Morales.

La conferencia reunió a Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, los dos principales adversarios en la primaria presidencial de Juntos por el Cambio.

De hecho, el mal tiempo facilitó la presencia de Bullrich porque el vuelo en el que venía a Córdoba debió regresar a Buenos Aires.

Más allá de lo anecdótico, fue la primera vez en que Juntos por el Cambio cerró filas en torno de un socio con una advertencia severa al gobierno, al que acusó de generar este nivel de violencia al favorecer la presencia de grupos que los apoyan en los lugar del conflicto.

Morales lo advirtió rápido: estaban infiltrando las marchas para generar acciones de caos. De ahí a la desestabilización, un solo paso.

Acción y represión (siempre la más peligrosa respuesta del Estado) tienen la terrible capacidad de escalar hasta niveles impensados.

Y sin fronteras: lo que pasó en Jujuy puede ocurrir en cualquier otra provincia y por cualquier otro motivo.

El desafío de Juntos por el Cambio ya no sólo es llegar al gobierno, si es que llega, si no sostenerlo desde el mismo momento en que será puesta en duda o su legitimidad de origen o su legitimidad de ejercicio.

Porque está claro –ya lo hemos hablado– que lo que viene desde el 10 de diciembre estará muy lejos de ser una mejora sustancial en la situación social y económica.

El ajuste nos afectará a todos de una u otra manera. Y dará motivos, seguramente, a más y más protestas.

Lo peligroso es que sean fogoneadas por intereses políticos y quien gobierne quede atrapado en una espiral de violencia sin control.

Allí, entonces, un abrazo y una foto ya no alcanzarán.

Por lo demás, todos -oposición y Gobierno- corren el riesgo de que esta crisis termine siendo objeto de campaña electoral.

Y eso la tornará más peligrosa todavía.