Consejos (gratis) para ser candidato y no caer en el ridículo

Julio Perotti

Prontito, va a empezar la campaña electoral.

Ya hay aprontes, pero falta todavía la bandera de largada a la publicidad.

Esos spots o cortos en los que los políticos se muestran sonrientes, con pinta de buenos muchachos, bien vestidos, prolijos y con una verba que no quiere dejar lugar a dudas: este tipo sí que sabe.

Pero, cuidado, la situación está demasiado complicada para pretender taparla con maquillaje. Para eso, están los avisos de cosmética...

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Con ánimo constructivo, nos animamos a sugerir una serie de presentaciones que deberían evitar.

1. Nada de escenarios bucólicos, onda Siete Cascadas. Tampoco paisajes idílicos con un bello sol de fondo. Acá todo el mundo labura en medio del ruido y el sol le quema la cabeza. Entre lo artificial y lo real, hay un universo de diferencia.

2. Nada de contarme la historia de su vida. Porque seguramente aquel pibe modesto que alguna vez fue, ya dio lugar a un profesional de la política que no la pasa nada mal. Esa escena del que se hace el modesto tomando mate con doña María, no refleja la realidad. Es impostada.

3. Nada de hacerse el enojado. El que se encula, pierde. Calma, aunque haya que mantener la firmeza que se necesita ante esta crisis. Pero tampoco nada de imágenes que sugieren que el candidato la tiene re-clara. De esto hemos visto miles de avisos y, al final, estamos como estamos. Peor que la pasada elección. ¿Mejor ahora que la que viene?

4. Nada de usar lenguaje pendex para tratar de conquistar a los jóvenes. Si tienen candidatos jóvenes en la lista, déjelos a ellos. Se van a entender mejor con los de su generación. Viejo haciendo de joven es candidato al ridículo. ¿Se acuerdan de la candidata que dijo que con el peronismo, antes del macrismo, en este país se había el amor (usó otro verbo, pero se entiende, ¿no?)

5. Nada de mostrarse justiciero. En el lejano oeste, estaba John Wayne, que hace años que se murió. En la ciudad sin ley, Clint Eastwood dejó de ser Harry “el Sucio” Callahan y guardó para siempre su Smith & Wesson Modelo 29. Y el que por estos pagos quiso hacerse el superhéroe, cobró.

Podríamos seguir hasta el infinito, si eso fuera posible.

Ahora bien, para ser propositivo, le dejamos por acá algunos “temitas” de qué ocuparse.

También es una lista que podría alargarse de manera indefinida, pero arranquemos con lo que más nos urge:

1. ¿Qué van a hacer con los precios para evitar que todos los días se disparen desde una plataforma de lanzamiento de la Nasa? Los controles fracasaron, ya lo sabemos. ¿Y?

2. La seguridad es la otra cuestión que nos angustia. No nos digan “Estamos armando un plan integral”. Eso no es suficiente. Expliquen qué va a hacer la policía en la calle, qué leyes deben cambiar urgente para evitar la puerta giratoria de los tribunales, cómo las cárceles van a dejar de ser el home office de los extorsionadores o narcos… Muchas preguntas, pocas respuestas. Es hora de que las ofrezcan.

3. La salud de todos, en una crisis que arroja cada vez más gente al sistema público. Salarios de médicos y del personal de la salud es una de las cuestiones centrales. ¿Cuánto deben ganar? ¿Cuánto deben trabajar? La infraestructura sola no alcanza.

Ni qué hablar de la atención de la gente de más edad y de niños y discapacitados. Un tema absolutamente prioritario.

4. Y la educación, bien concreta las respuestas. Porque ya llevamos años de escuchar que se llenan la boca con que los niños son el futuro. Si, claro, es casi una obviedad. Pero los docentes ¿están bien pagos? ¿están formados para insertar a los chicos en un mundo nuevo y cambiante?

5. Además, explíqueles a empresarios –grandes, medianos y pequeño¬s¬¬– cómo los va a ayudar desde el Estado para que, cuando puedan, reinviertan y ofrezcan más trabajo.

Me dirán que esta lista está incompleta. Claro que lo está. Pero al menos refleja qué esperamos escuchar los argentinos. Ojalá, al final de la campaña vayamos a votar con claridad conceptual. De lo contrario, habremos perdido una oportunidad más.