Del internismo a la insatisfacción democrática

Julio Perotti

El diagnóstico está a mano de cualquiera. Ni siquiera hace falta ser economista:

Inflación: más de 100%. El mes pasado habría rondado el 7, según varias consultoras. Recordemos que en la ciudad de Buenos Aires midieron 7,1 por ciento.

Poder adquisitivo: 20 puntos bajo. Ya ser empleado formal no garantiza no caer en el siguiente aspecto.

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Pobreza: 40% y 10% de indigencia.

Pero, como ya hemos remarcado, estos datos son del final del año pasado y el 2023 no nos depara números mejores.

Vivimos además una situación inédita: "Hoy la inflación hace que exista crecimiento de empleo con crecimiento de pobreza, que no se veía desde la década del 90 del siglo pasado", afirma Nicolás Trotta, director general del Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD).

La consultora Ecolatina advirtió que es imprescindible un plan de estabilización técnicamente sólido, con amplio respaldo político y creíble para los agentes económicos (empresas, sindicatos, hogares).

Así, afirma, se maximizaría su éxito y se minimizaría el impacto sobre los sectores más vulnerables.

Ahora bien, propuestas para ese plan de estabilización no aparecen a la luz pública.

Más bien, sigue todo envuelto en las nubes de las internas.

El Frente de Todos parece un ejército en estado de retirada. Se miran en un espejo trizado.

Los muchachos de La Cámpora quieren ir en a una primaria contra Alberto Fernández.

Lo encierran sin salida:

Si Alberto se presenta, debe garantizarse ganar, de lo contrario lo que le quedará entre el 13 de agosto y el 10 de diciembre, cuando vence su mandato, será el infierno mismo. Sí, todavía podemos estar peor.

Si no se presenta, ocurrirá algo parecido. Será lo que en la jerga se conoce como “pato rengo”. ¿Qué margen de maniobra le queda a quien tiene poder a un cortísimo plazo fijo?

De lado de la oposición, que debería prepararse por si –como dicen las encuestas– le toca agarrar la brasa ardiente.

¿Dónde andan ahora mismo? Por ejemplo, pelear por el método de elección que, en realidad, encierra una disputa por el poder.

Por eso, Horacio Rodríguez Larreta enfrenta a Mauricio Macri y virtualmente rompe con su antiguo líder al optar por una "elección concurrente" con los comicios nacionales en la Ciudad y con boleta única.

¿Qué es una elección concurrente? Se vota mismo día, pero con dos sistemas diferentes para elegir dentro del cuarto oscuro.

En Mendoza, la conducción nacional del PRO intervino el partido por 30 días, luego de que Omar De Marchi decidiera competir por fuera de Cambia Mendoza, el frente que gobierna la provincia y que presenta al radical Alfredo Cornejo como candidato a gobernador.

Ahora, De Marchi está en la mira de Javier Milei que lo quiere como candidato

En Córdoba, todavía no se sabe quién acompañará a Luis Juez como vicegobernador (altamente probable que sea una mujer), ni quién será el candidato a intendente.

Recordemos que Rodrigo de Loredo dejó su lugar para Juez, pero aún no definió si va a ir por la intendencia.

Mientras tanto, se lanzan otros candidatos, como Juan Negri.

La tercera pata de la disputa nacional, Javier Milei, sigue jugando a ser el personaje, pero evita las definiciones. Claro que hay riesgo de que hable y meta la pata. Ya lo hizo en demasiadas oportunidades. O sea, junta por su figura, su capacidad para actuar enojo, pero a la hora de los bifes, tampoco muestra nada.

Todos, incluyendo a Milei, aseguran que están trabajando en planes para resolver los problemas.

Sería saludable que arreglen rápido las internas puertas adentro y, de verdad, empiecen a mostrar cómo van a enfrentar estos dramas. Porque se agudizan hora por hora y que se traducen con un efecto terrible: la insatisfacción democrática. Y de ese sentimiento, es difícil volver.