El capitán Schettino, versión criolla

Julio Perotti

¿Quién no recuerda a Francesco Schettino, el capitán del crucero Costa Concordia que naufragó en la costa italiana en 2012 y causó 32 muertos?

Schettino, de 56 años, fue condenado por varias causas, la más importante fue la muerte de esos 32 pasajeros, en la noche del 13 de enero de 2012.

Con 4.229 personas a bordo, el Costa Concordia chocó contra unas piedras y se hundió frente a la costa de la isla toscana del Giglio.

La justicia italiana considera probado que Schettino ordenó el desvío de la ruta original para saludar a un excapitán que vivía en un pueblo costero, lo cual provocó el accidente.

Schettino demoró más de una hora en lanzar la señal de alarma y la evacuación fue un caos total poque no había botes salvavidas suficientes.

Pero el capitán, siempre el último en abandonar el barco, logró subirse a uno y dejó atrás a cientos de personas.

Lo que se hizo famoso fue la conversación telefónica entre Schettino y el comandante de la Capitanía de Livorno, Gregorio de Falco.

"¡Suba a bordo! ¡Es una orden!", le grita indignado De Falco.

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¿A qué viene todo esto? A una obviedad: cuando el barco está escorado, el papel del capitán es fundamental.

¿Quién es el capitán del crucero Argentina? Porque por lo que se ve, Alberto Fernández tiene el cargo formal, pero no lo reconocen ni siquiera miembros de su propia tripulación.

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Cristina manda órdenes, pero no tienen el timón en sus manos. Ni lo quiere tener, Ya lo hecho dicho: como está la situación ni ella ni sus camporistas, que ya de jóvenes tienen poco, se quieren hacer cargo del costo de este gobierno a los tumbos.

Y, por último, Sergio Massa, la tercera pata de la mesa, que anda creando todos los días un dólar nuevo para evitar el golpe de una devaluación que, obviamente, ni él, ni Cristina ni Alberto quieren asumir.

Pero hay más: parece que al ministro de Economía le están ofreciendo competir por la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo, en reemplazo del desplazado Mauricio Claver-Carone.

Todo está corriendo contrarreloj: este viernes vence el plazo para que los candidatos anuncien si aspiran a ese cargo.

No sea cosa que Massa se entusiasme y, como Schettino, le tengan que gritar: Vuelva a bordo…