¿Fin de la tregua?

Julio Perotti

Últimas novedades del frente de batalla kirchnerista.

Cristina le ordena a Sergio Massa que vaya contra las empresas, a las que culpa de ser responsables de los suba de precios y, por ende, de la pobreza y la indigencia.

Recordemos los datos: según el Indec, la pobreza bajó del 37,3 por ciento al 36,5 por ciento en el primer semestre del 2022. Pero la indigencia aumentó del 8,2 por ciento al 8,8.

Esto, dice Cristina, “evidencia el impacto del fuerte aumento en los precios de los alimentos”.

Su deducción es que se está ante un fenómeno de inflación por oferta y no por demanda.

Entonces, considera que las empresas alimentarias han aumentado muy fuerte sus márgenes de rentabilidad.

Por eso, le exige al Ministerio de Economía, o lo que es lo mismo a Massa, que intervenga de manera “más precisa y efectiva en el sector” y, al mismo tiempo, diseñe un instrumento que refuerce la seguridad alimentaria en materia de indigencia.

Evidentemente, la mirada de CFK es distinta a la del ministerio de Massa. Así, el viceministro de Economía Rubinstein fue el que recogió el guante y dijo que las empresas no tienen “la culpa” de los desequilibrios que atraviesa la Argentina.

Más todavía, advirtió que los márgenes empresariales seguirán “más altos que los normales” si no se estabiliza la macroeconomía.

En sectores del Gobierno dicen que dentro del Frente de Todos la única relación que sobrevive es la de Cristina con Massa porque con Alberto está el diálogo cortada.

Días atrás, Alberto se reunió con sindicalistas para bancar la reapertura de paritarias en lugar del otorgamiento de una suma fija, que es lo que postula el kirchnerismo.

Y que tendría menos impacto inflacionario porque empujaría menos a las empresas a fijar precios al alza, como denuncia Cristina.

El planteo tiene lógica, en tanto los números no están ayudando al Gobierno. Pero la pregunta que surge es si esto significa que se le acabó la paciencia a Cristina.

Porque en ocasiones anteriores así empezó: más sutilmente y por Twitter, pero luego fue subiendo la temperatura.

Además, Alberto le está pateando en contra a la idea de muchos dirigentes peronistas, avalados por Cristina, de eliminar las elecciones primarias.

Por lo pronto, hay dos celebraciones del día de la lealtad, el 17 de octubre. Alberto iría a Tucumán y Cristina lideraría un acto en el Gran Buenos Aires.

Hay tanto herrumbre que, por ejemplo, lo que sigue generando cruces es que el secretario de Comercio Interior, Matías Tombolini, se haya ocupado de las figuritas del Mundial cuando sale todos los días datos que muestran la triste realidad del país.

En definitiva, vamos a ver si este fue el único tiro de Cristina hacia Massa o si es apenas el comienzo de la andanada.