Hay foto, pero no hay video: el intento por disimular las internas del gobierno

Julio Perotti

La situación interna del gobierno de Javier Milei se caracteriza por tensiones y conflictos que, a pesar de los esfuerzos por disimularlos, se hacen cada vez más evidentes.

/Inicio Código Embebido/

/Fin Código Embebido/

El martes, Lisandro Catalán, vicejefe de Gabinete del Interior, publicó una foto en redes sociales con Karina Milei y Guillermo Francos, buscando minimizar las versiones de enfrentamientos entre estos funcionarios clave.

La imagen fue acompañada de un comentario irónico que aludía a la percepción pública de un gobierno dividido: "Todos peleados".

Esto ocurre después de que el gobierno quedó cruzado por la imagen de fracaso en su estrategia de comunicación, especialmente durante la presentación del Presupuesto 2025.

El discurso de Milei fue recibido con un desplome en el rating y escasas vistas en plataformas digitales, lo que ha suscitado críticas incluso dentro de su propio entorno.

Allí aparece Santiago Caputo, asesor principal del presidente, El Mago del Kremlin, como lo señala Carlos Pagni, señalado como responsable de esta crisis comunicacional.

Las tensiones no se limitan a la comunicación.

La relación entre Caputo y Francos se ha deteriorado, culminando en una pelea que llevó a este último a ser hospitalizado por gastroenteritis.

Este conflicto surge en un contexto donde Caputo implementa medidas restrictivas sobre la información que se filtra a los medios, lo que genera descontento entre los voceros ministeriales.

La estrategia de "secar" la información es vista como una táctica estalinista que ha afectado la credibilidad del gobierno ante los periodistas.

Dentro del círculo cercano a Milei, conocido como el "triángulo de hierro" (Milei, Karina Milei y Santiago Caputo), hay una creciente desconfianza hacia otros funcionarios.

Se teme que algunos estén filtrando información sensible a la prensa o a partidos opositores. Esta atmósfera de sospecha habría llevado a Milei a convocar reuniones secretas para abordar las crisis internas y establecer límites claros sobre el comportamiento esperado dentro del gabinete.

El gobierno de Javier Milei enfrenta un período crítico marcado por luchas internas y fracasos comunicacionales. A medida que las tensiones afloran y las rivalidades se intensifican, la capacidad del presidente para mantener la cohesión en su equipo se pone a prueba.

La imagen cuidadosamente construida de unidad parece desmoronarse ante los desafíos reales que enfrenta su administración, lo que podría tener repercusiones significativas en su gobernabilidad y en las próximas elecciones legislativas.