La Corte en la encrucijada: los escenarios que abre el Senado
02/04/2025 | 17:12Redacción Cadena 3

El Senado se prepara para una sesión clave este jueves 3 de abril, en la que se definirá el destino de los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla, propuestos por el presidente Javier Milei para integrar la Corte Suprema de Justicia.
Designados "en comisión" mediante decreto en febrero pasado, ambos candidatos enfrentan un debate que podría alterar el equilibrio institucional del país.
¿Cuáles son las alternativas?
Si el Senado aprueba los pliegos
La aprobación de los pliegos, que requiere dos tercios de los senadores presentes (mínimo 48 votos si hay quórum completo de 72), consolidaría a Lijo y García Mansilla como miembros vitalicios de la Corte Suprema.
En este escenario, García Mansilla, quien ya juró y ejerce como juez desde el 27 de febrero, vería ratificada su posición sin mayores cuestionamientos legales.
Para Lijo, la aprobación implicaría su renuncia al Juzgado Federal N° 4 de Comodoro Py, tras lo cual la Corte le tomaría juramento, completando un tribunal de cinco miembros por primera vez desde 2021.
Este desenlace fortalecería la estrategia del gobierno de Milei, que ha defendido la constitucionalidad de los nombramientos en comisión amparándose en el artículo 99, inciso 4 de la Constitución Nacional.
Sin embargo, la oposición, liderada por Unión por la Patria (UP), advierte que la aprobación legitimaría un precedente peligroso: el uso de decretos para sortear al Senado, debilitando la división de poderes.
Además, la falta de mujeres en la Corte –tras la salida de Elena Highton de Nolasco– seguiría siendo un punto de crítica, contraviniendo estándares internacionales de paridad.
Si el Senado rechaza los pliegos
Un rechazo, que solo necesita mayoría simple (25 votos con quórum completo), abriría un abanico de escenarios complejos.
Para Lijo, quien no ha jurado como juez supremo debido a la negativa de la Corte a aceptar su licencia, el "no" del Senado significaría el fin de su candidatura.
Se mantendría en su juzgado en Comodoro Py, y el Ejecutivo debería proponer un nuevo candidato para la vacante de Highton de Nolasco, reiniciando el proceso de selección.
El caso de García Mansilla es más intrincado. Juró y participó en decisiones del tribunal –como el rechazo a la licencia de Lijo–, un voto negativo del Senado pondría en duda su continuidad.
La oposición sostiene que el rechazo invalidaría su designación en comisión de inmediato, obligándolo a dejar el cargo.
En contraste, el Gobierno, respaldado por el jefe de Gabinete Guillermo Francos, argumenta que García Mansilla podría permanecer hasta el fin de la próxima legislatura (diciembre de 2025), salvo que se inicie un juicio político, el único mecanismo constitucional para remover a un juez de la Corte.
Este desacuerdo podría derivar en un conflicto de poderes sin precedentes. Organizaciones como el CELS y Amnistía Internacional ya calificaron los nombramientos por decreto como inconstitucionales, y un rechazo senatorial podría alentar demandas judiciales para anular las decisiones firmadas por García Mansilla.
El juez federal Alejo Ramos Padilla, alineado con el kirchnerismo, es quien tramita una cautelar contra las designaciones, y espera el resultado de la sesión para pronunciarse, lo que añade otra capa de incertidumbre.
Otras variables en juego
La sesión también enfrenta riesgos logísticos y políticos.
El quórum (37 senadores) no está garantizado: el oficialismo, con solo 6 votos de La Libertad Avanza, podría intentar boicotearla para ganar tiempo, mientras UP (34 bancas) confía en sumar apoyos de la UCR, el PRO y bloques provinciales para alcanzar los 25 votos negativos.
La postura de senadores dialoguistas, como los radicales Martín Lousteau y Guadalupe Tagliaferri, será decisiva, aunque las divisiones internas complican las predicciones.
Un tercer escenario, menos probable, es que el Gobierno retire los pliegos antes de la votación, una opción que el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, descartó pero que aliados sugieren para evitar una derrota.
Esto requeriría una mayoría simple en el Senado para ser aprobado, devolviendo la iniciativa al Ejecutivo.
Impacto institucional
Cualquiera sea el resultado, la decisión del Senado marcará un hito en la relación entre los poderes del Estado. Una aprobación reforzaría el control de Milei sobre la Justicia, pero a costa de tensiones con el Legislativo.
Un rechazo, en cambio, reafirmaría la autoridad del Senado, aunque podría desencadenar una crisis jurídica si el Gobierno insiste en mantener a García Mansilla.
En un contexto de polarización, el futuro de la Corte Suprema sigue siendo un reflejo de las disputas por el poder en la Argentina de 2025.