La transición frente al espejo

Julio Perotti

Más allá de que todavía no tenemos ganador, obviamente, ya se debe pensar en una instancia muy importante que corona el proceso electoral en el que se define presidente: la transición.

Hay modelos en el exterior donde los rituales se respetan inexcusablemente. Chile es el caso.

En nuestros pagos, hemos tenido dos modelos.

Cristina con Mauricio Macri. Nada, no existió. Ni siquiera hubo traspaso del mando… Olvidable.

Pero entre Macri y Alberto Fernández, la situación fue distinta.

Por ejemplo, hubo un desayuno entre ambos el día después de la elección, al estilo chileno, justamente.

Después, por cierto, todo estuvo mediado por la presencia como vicepresidenta de Cristina Fernández, que una y otra vez le marcó la cancha a Alberto Fernández. El final de la historia ya lo conocimos.

En este diciembre, puede haber una situación atípica.

Por ejemplo, ¿cómo será si gana Sergio Massa?

Porque Massa además de candidato es, como todos sabemos, el ministro de Economía y, en demasiadas ocasiones, el presidente en ejercicio, ausente Alberto como está.

En las últimas horas, Massa adelantó que, si gana el balotaje, comenzará a tomar medidas de gobierno a partir del otro día.

Citemos la frase: “Si los argentinos me dan la responsabilidad de gobernar, las primeras medidas de la nueva construcción y nuevo diseño del Estado, la unificación de algunas empresas públicas, el reordenamiento del sistema tributario, vamos a tratar de que sean entre el 20 de noviembre y el 10 de diciembre para que además tengamos una transición ordenada”.

Es, cuando menos, curioso.

Ya nos hemos preguntado muchas veces por qué esperar las medidas si él está en condiciones de adoptarlas ahora mismo. Nada se lo impide.

Salvo, perdón por la ironía, que Massa no esté de acuerdo con la gestión económica de Massa y espera ganar para dar un golpe de timón.

Si ganase Milei, sería de esperar diálogos, contactos, cuestiones que deberían ser rutinarias. Pero considerando a los personajes en cuestión, toda duda es razonable.