Las fuerzas del cielo contra la resistencia terrenal: ¿La batalla final?

Julio Perotti

El rayo desregulador con el que Javier Milei quiere borrar, según sus palabras, más de cien años de regulaciones estatistas, no va a hacer efecto sin tener que atravesar en su camino a fuerzas que lo van a resistir para vencerlo.

Hay que pensar en dos planos: primero, el formal.

¿Era un mega decreto de necesidad y urgencia el camino para tantas transformaciones, muchas de ellas muy profundas y otras que parecen innecesarias para este momento?

Cuestionados siempre, los DNU deben pasar por el Congreso, donde vive la casta a la que pretende combatir, que se va a agarrar de todo cuanto pueda para frenarlo.

Pues bien, ¿qué va a pasar en las dos cámaras, donde sectores que, aunque compartan la necesidad del cambio, cuestionan la formalidad?

¿Tienen las fuerzas de cielo de Milei muñeca y poder político para convencer y, así, vencer?

De lo contrario, ¿qué pasaría si el Congreso lo rechaza y Milei pierde así el argumento central de su batalla anticasta?

Porque debemos pensar que pasar por el Parlamento y poner en marcha más de 300 cambios en las leyes y las reglas de juego no solo de la economía, sino de la vida de los argentinos, puede llevar un tiempo demasiado largo para sus aspiraciones de shock.

La otra cuestión, la segunda, tal vez la más importante, es la aparición de focos de resistencia a partir de cómo le impactan medidas puntuales.

Por ejemplo, los que tratarán de resistir serán los sindicalistas, pero su grado de credibilidad está bajo cero: pasaron los cuatro años de gestión kirchnerista de Alberto Fernández sin decir ni mu. Pobreza del 42 por ciento, inflación interanual de más de 170 por ciento. Eso parece que no los afectó.

Como ellos, el mismo Alberto Fernández, maestro mayor del desastre, ahora quiere convertirse en paladín de la lucha contra el DNU. Pero mejor no tomarlo en cuenta.

Si, en cambio, debemos mantener la mirada sobre los sectores a los que una u otra medida pone en serios aprietos.

Lo que ocurrió con la protesta de los inquilinos el jueves a la noche en Córdoba es un ejemplo de un colectivo que, si bien estaba en contra de la ley anterior, no quiere quedar desamparado del todo y sale a las calles.

A dos semanas de gestión y a pocos días de lanzar su medida más poderosa, Milei no parece estar dispuesto a ceder en lo que plantea en términos épicos.

¿Solo montado sobre el 56 por ciento de los votos, podrá seguir al ataque con sus fuerzas del cielo o su gobierno entrará, en una etapa demasiado temprana, a la defensiva, obligado por la resistencia terrenal?

Esto recién comienza.