Lecciones de inclusión para todos y todas
28/06/2023 | 18:45Redacción Cadena 3

El fragor de la campaña deparó, en los últimos días, polémicas –por llamarlas de alguna manera– en las que se habló de personas diferentes utilizando quizá la palabra más degradante que nos ofrece el diccionario: discapacitados.
No vamos a entrar en el relato de los hechos. Seguramente la mayoría lo escucharon o lo vieron.
En cualquier caso, se podrían haber usado otros términos y el resultado sería el mismo. Los rótulos nos envuelven.
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Y de nuevo esa grieta que no responde a razones políticas. Se trata de nosotros y ellos. Nosotros los capacitados, ellos no.
Los políticos que lo expresaron son consecuencia del resto de la sociedad. A todos nos cuesta demasiadas veces deconstruirnos, para usar el verbo de moda, para pensar desde el corazón y no desde los prejuicios.
Estamos obligados a un trabajo colectivo para que la inclusión esté en nuestra naturaleza.
Una luchadora en ese sentido es nuestra colega y amiga, Flavia Irós, quien desde todas las plataformas de Cadena 3 nos muestra ejemplos de luchas y éxitos por la igualdad de derechos.
Estos son sus principales conceptos:
• Efectivamente, no resiste hablar de política. Acá estamos hablando de personas.
• Se me estruja el estómago cuando se habla de discapacitados porque hay personas que siguen siendo víctimas o victimizados por una sociedad que se engloba en una bandera de empatía. Y, en definitiva, no entendemos nada de esto.
• Visibilizar y seguir educándonos es el camino, sin enojarnos. Creo que a ver hay una convención muy importante: políticos y no políticos, todos los seres humanos debemos asumir el concepto de la discapacidad como hecho social primero; no individual.
• No tiene la mochila pesada el que tiene una discapacidad o el que en la familia tiene una persona con discapacidad, sino que todos (debemos asumirlo) como un hecho social.
• Es importante volver a esa Convención de los Derechos de las Personas, en la que se acordó por ley que las personas con discapacidad iban a ser llamadas, justamente, “personas con discapacidad” porque no las define nada más que una discapacidad.
• (Más allá de lo lingüístico), va por la dignidad y por el respeto que nos tenemos que tener, como todos.
• Hay un manejo perverso desde sectores de poder de este colectivo tan insensibilizado tan discriminado y tan vulnerado – los invisibles de siempre, las personas del cuarto del fondo– desde la malversación de fondos, de lo que les corresponde o no, de esta puja permanente de la familia bien cuesta arriba…
• Ver este tironeo a mí me parece tan asqueante porque, en definitiva, no están mirando lo que pasa. Si vos vas al hospital San Roque un minuto, fíjate lo que hacen las mamás y los papás para sacar un certificado de discapacidad.
• ¿Consejos a políticos? Primero, dejar de pensar en la conveniencia de ganar o no segundo le pediría (no sé si soy muy lírica) que se ponga una mano en el corazón y que piense si realmente le interesa la situación de estas personas. Después, yo me pregunto si lo hace con empatía; se construye empatía en base a qué. Si esto si no te atraviesa de manera personal, por ahí te puede pasar por un costado.
• En esta puja que hay por haber usado palabras como discapacitado, yo no me pongo tan ortodoxa con la palabra. Puede que perdonemos ese prefijo tan discapacitante. Pero sí seamos comprometidos con lo que queremos hacer, pero no por una ventaja personal y empezar a hablar de inclusión. ¿Incluir a quién, a dónde? Si es un mundo que nos pertenece a todos, más vale nos corramos y le dejemos el lugar que les pertenece a estas personas y dejemos ya de molestarles la vida.