Todo es por plata

Julio Perotti

Pablo Moyano amenazó con irse de la CGT porque no lo invitaron a una reunión en Olivos.

¿Es esa la razón suficiente para una ruptura?

No parece. Más bien, esto formaría parte de la soterrada pelea entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner.

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La cuestión central tiene que ver con la plata. Es decir, con la posibilidad de otorgar una suma fija a los trabajadores para paliar los efectos de la inflación, como plantean Cristina y el ministro de Economía, Sergio Massa.

Durante la reunión del lunes a la noche en Olivos, el Presidente estuvo de acuerdo con los sindicalistas en que una suma fija no es viable, sino que lo mejor es reabrir las paritarias.

La suma fija es, justamente, lo que reclama Pablo Moyano, al que dejaron fuera de la mesa.

También es lo que antes planteó Máximo Kirchner. De hecho, había hablado de 30.000 pesos por trabajador.

¿Por qué suma fija y no paritarias?

En el análisis de los que avalan esa idea hay al menos dos razones:

Se entrega de una vez y es dinero que va inmediatamente al mercado. Las paritarias, en cambio, requieren de un proceso de discusión más largo.

La suma fija no provocaría tanta presión sobre los precios como un aumento generalizado en paritarias, que cuando se abren no se sabe en qué cifras se cierran.

Lo que se preguntan en el peronismo es por qué Alberto siempre juega en contra y cuál es el beneficio que le puede dar el apoyo de sindicalistas cuyas imágenes están, desde hace mucho, por el suelo.

Eso sí, las malas lenguas dicen que los gordos de la CGT le prometieron a Alberto prestarle el escenario del 17 de octubre para que cierre el acto del Día de la Lealtad.