Densidades y fechas de siembra, claves para sembrar en un año complicado

Nidera está llevando a cabo una serie de reuniones con productores de todo el país con el eje puesto en la nueva campaña y en las particularidades de la gruesa en el tercer año consecutivo de Niña.

Con la zona núcleo sumida en una sequía y sin un pronóstico alentador a corto plazo, la estrategia y la elección de materiales resultan cruciales para una campaña exitosa.

En diálogo con Cadena 3, el ingeniero agrónomo Ricardo Ollua, del equipo de desarrollo de Nidera admitió que el contexto “con una tercera Niña consecutiva es muy complicado. La oferta es chasis ganadores, que se acomoden a esta situación: biotecnología, genética, pero con eso solo no alcanza. Hay que dar información para lograr el éxito en estas situaciones.

“Los perfiles están por debajo de lo habitual con un 20% de agua útil y capaz que nula agua en zonas más profundas del suelo. Hay poca recarga de agua, no llueve para alimentar ese suelo. Entonces, si estamos obligados a sembrar temprano, una buena decisión es bajar densidades. Nosotros tenemos las curvas de densidad bien ajustaditas para cada uno de los híbridos y los ambientes. Nos movemos en un ambiente restrictivo y podemos estar hablando por debajo de los 10.000, 8.000 o 6.000 kilos entendiendo eso hacemos los ajustes a través de las curvas y bajamos densidades. Y para cada uno de los híbridos hay comportamientos distintos”.

La elección de la fecha

La otra variable como herramienta es la fecha de siembra, corriendo el período crítico a un momento de menor demanda ambiental. Explica Ollua que si en la provincia de Buenos Aires por ejemplo, con epicentro en Chivilcoy “nos vamos a una siembra tardía de diciembre, el período critico lo estamos metiendo a fines de enero o principios de febrero y en esa fecha ahí en general tenemos un aporte de agua y a su vez el clima es más benévolo. Con eso estamos asegurando el piso productivo, levantamos los pisos y le damos estabilidad al sistema. A su vez no hay que dejar de manejar las densidades. Uno por costumbre a veces en el tardío baja las densidades y no siembre es así, entender el ambiente es fundamental”.

Interrogado por El Campo Hoy sobre si puede haber una caída en el maíz, el técnico de Nidera afirma:

“sabemos que en las últimas campañas de Niña el productor se fue volcando al maíz porque le maíz le da una estabilidad al sistema que es muy buena. En términos de mejora genética y biotecnología hoy nos permitimos meternos en tardío, bajar densidades, nos permitimos hacer manejos diferenciales que dan una estabilidad tan alta que a veces es difícil emular con la soja.

“El año pasado recorríamos lotes de soja de segunda y alambrado por medio maíz de segunda. En el maíz había rendimientos decorosos, de 4.000 o 5.000 kilos contra una soja de segunda sin rendimientos, directamente no se cosechaba. Entonces lo de levantar los pisos en maíz se ve muchísimo y en soja es como mas difícil. A veces la soja tiene una buena respuesta, pero el maíz tiene una estabilidad excelente”.

Los nuevos materiales de Nidera

Nidera aprovechó estos eventos para efectuar la presentación de dos nuevas variedades de soja 4642 STS y 3821 STS y de maíz: 7621 Víptera 3 el 7921. Con estos y los materiales ya conocidos la compañía aspira a afrontar con éxito una campaña con múltiples desafíos.