Cómo ganar competitividad en las empresas sin devaluar
14/03/2025 | 14:05Redacción Cadena 3
La ecomomía de Argentina es un ciclo vicioso que parece no tener fin. Si vos devaluás hoy, no resolvés el problema. Esta afirmación resuena con fuerza en un contexto donde la inflación se convierte en un monstruo que devora las ganancias de las pequeñas y medianas empresas (pymes) y empuja a los precios a niveles insostenibles.
La historia económica de nuestro país nos enseña que cada intento de devaluación termina por ser un parche temporal que no aborda las raíces del problema.
Las pymes, que son el corazón de nuestra economía, enfrentan un desafío monumental: el costo de la infraestructura. Hoy el flete en Argentina vale mucho más que llevar una mercadería a China. Este es un claro indicativo de las falencias en el desarrollo de nuestra red vial y de transporte.
Sin una infraestructura adecuada, las empresas no pueden competir en igualdad de condiciones con sus pares internacionales. La solución a este problema no es sencilla, pero debe incluir un acuerdo entre el sector público y privado, tal como se hizo en otros países, como Chile.
Un ejemplo reciente se observa en el puerto de San Lorenzo, donde la provincia de Santa Fe tomó 300 millones de dólares para ensanchar una ruta. Este tipo de iniciativas son fundamentales, pero requieren de un enfoque que no dependa exclusivamente del Estado, que en este momento no tiene los recursos para financiar tales proyectos. La colaboración entre sectores puede ser la clave para avanzar en este aspecto.
El contexto impositivo es un freno para las empresas. Las declaraciones de los empresarios en eventos como Expo Agro evidencian que la carga tributaria limita su capacidad de ser más eficientes.
El Gobierno nacional expresó su intención de reducir impuestos, pero las provincias y municipios no parecen estar alineados en esta idea. La realidad es que el sistema impositivo actual no solo impacta en la rentabilidad, sino que también afecta la competitividad de las empresas argentinas.
La inflación, además, introduce una complejidad adicional en la fijación de precios. Las empresas deben lidiar con un entorno donde los precios son inestables y la capacidad de fijar precios se ve limitada por el mercado internacional.
La burocracia también juega un papel crucial en este entramado. Un testimonio de un empresario que opera una heladería ilustra este punto: "Le hacen llevar la balanza al lugar de control, y le sale más caro el trámite que el costo de la balanza misma". Este tipo de situaciones son comunes y generan un gasto innecesario que podría ser evitado con una regulación más eficiente y menos onerosa.
En este contexto de cambio, es fundamental que los empresarios se replanteen sus estrategias. La búsqueda de eficiencia ya está en marcha, pero el límite impuesto por los costos fiscales y de infraestructura se siente cada vez más.
La competitividad se define no solo por la capacidad de producción, sino también por la forma en que se financian y se gestionan los recursos. La diferencia en las tasas de interés entre Argentina y otros países es un factor que no se puede ignorar.
La cuestión del riesgo país también es fundamental. Ignorar este indicador puede llevar a decisiones empresariales erróneas que afecten la sostenibilidad a largo plazo. La única forma de reducir los costos fijos es aumentando la producción, lo que requiere inversión. Sin embargo, la incertidumbre sobre el futuro económico y político del país desincentiva a muchos empresarios a arriesgar su capital.
Las fusiones y adquisiciones se perfilan como una solución para muchas empresas que buscan abaratar costos y mejorar su competitividad. Sin embargo, este proceso no está exento de problemas, ya que la consolidación de empresas puede llevar a la reducción de puestos de trabajo.
La revolución tecnológica también plantea interrogantes sobre el futuro del trabajo. La posibilidad de automatizar procesos y la creciente dependencia de la tecnología en el ámbito laboral obligan a los empresarios a repensar su modelo de negocio. La adaptación a estos cambios es clave para garantizar la supervivencia en un mercado en constante evolución.