La impresionante cacería que permitió atrapar en Córdoba a un presunto pedófilo
Los casos habrían ocurrido hace 20 años en Viamonte, al sur de la provincia. Una fotos encontradas por Interpol en Australia generaron una investigación que impacta. El detenido es un exmilitar.
27/03/2025 | 11:16Redacción Cadena 3
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Ahora país

Fue una operación que se inició al otro lado del mapa. En Australia, un pederasta fue detenido luego de que en su computadora se hallaran miles de imágenes de abuso sexual infantil. Los metadatos analizados por los investigadores, marcaban que esas imágenes habían comenzado a cargarse en 2012. Años acumulando el peor material.
A los pocos meses, en otro operativo internacional contra la generación y distribución de este tipo de imágenes que consumen los pedófilos, se hallaron más fotos y videos en poder de un pervertido que vivía en Israel.
Nadie podía imaginar, aún, que estos dos allanamientos ejecutados en Australia e Israel iban a terminar por conectarse, tiempo después, con un pequeño pueblo de la provincia de Córdoba: Viamonte, donde viven menos de 2000 habitantes ubicado 370 kilómetros al sudeste de la Capital cordobesa.
Un caso que vuelve a correr el velo sobre un delito que nunca cesa, una vez que es cometido: el abuso sexual infantil.
Fue la metódica y paciente pesquisa de un grupo de sabuesos de Interpol lo que permitió ir a la caza de quien, ahora se supone a nivel judicial, es un pedófilo que alguna vez vivió en ese pueblo simulando ser un simple fotógrafo, aunque ya escondía otro pasado siniestro.
Se trata del exoficial del Ejército José Antonio Maidana, quien fue jefe de una de las compañías del Batallón de Comunicaciones 181 de Bahía Blanca entre las décadas de 1970 y 1980, y tuvo a su cargo el denominado grupo "antiguerrilla", que intervino en crímenes del terrorismo de Estado en la región.
Por esta causa de lesa humanidad fue detenido en 2016 y actualmente está siendo juzgado por un Tribunal Federal de aquella ciudad.
Quienes siguen de cerca la causa aseguran que Maidana era un especialista en "inteligencia" y en "informática". Su legajo en el Ejército indica que entre 1970 y 1980 se movió entre Bahía Blanca, Tucumán e incluso en la Compañía de Telecomunicaciones Aerotransportada 4 de Córdoba.
Tras la caída de la dictadura militar, Maidana se refugió en Viamonte. Hasta 2016, cuando fue detenido por los crímenes de lesa humanidad, vivió allí como un fotógrafo de fiestas, actividad que decía realizar por "hobby", ya que ostentaba un muy buen pasar económico gracias a sus varias propiedades y los campos que explotaba.
Si bien quedó preso en la cárcel de Bouwer, con la pandemia de 2020 logró el beneficio de la prisión domiciliaria, por lo que pasó a vivir en un domicilio de Nueva Córdoba, en la Capital provincial. Hoy, tiene 72 años.
Allí fue allanado y detenido otra vez a fines de 2024, pero por otra grave acusación: producción de material de abuso sexual infantil agravada y promoción de la corrupción de menores agravada; además de tenencia de material de abuso sexual infantil agravada por la presencia de menores de 13 años.
Según sospecha el fiscal de Cibercrimen de la ciudad de Córdoba, Franco Pilnik, entre 2004, 2005, 2009 y 2011, Maidana habría incurrido en estos delitos de manera reiterada.
¿Cómo llegaron a él tantos años después? La historia de esta investigación impacta.
Tras el hallazgo de miles de fotos de abuso sexual infantil en poder de los pervertidos de Australia e Israel, un grupo de detectives de Interpol se abocó a la ingrata tarea de revisar una por una todas las imágenes para intentar identificar a las víctimas.
De esta manera, seleccionaron un grupo de fotos cuya procedencia apuntaba hacia la Argentina. ¿Cómo se dieron cuenta? Por detalles ínfimos que terminaron por convertirse en pruebas claves.
En una imagen, contaron las fuentes consultadas, se veía a una de las niñas abusadas con un mate.
En otra, lograron identificar, al fondo de la foto, un shampoo. Con programas informáticos especiales, fueron ampliando las imágenes, hasta que advirtieron que había sido elaborado en una industria argentina.
La marca de un pequeño ventilador de piso también dio un indicio en esa dirección.
En otra foto, lograron observar un pequeño almanaque en el que se observaba la caricatura de un gaucho.
Fueron en total, 392 imágenes que tenían "rasgos argentinos", según se desprendió de esta minuciosa investigación.
Ante esto, Interpol seleccionó este conjunto de imágenes del total secuestrado y las remitió, en 2022, al Fiscal General a cargo de la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia -Ufeci-, Horacio Azzolin.
Fue entonces que comenzó la segunda etapa. Había fotos de niñas de hacía más de una década que se presumían que habían sido tomadas en algún punto de la Argentina. ¿Cómo identificar hoy a ellas para luego ir a atrapar al pedófilo que las había abusado?
Azzolin convocó a la División Delitos Cibernéticos contra la Niñez y Adolescencia de la Policía Federal Argentina (PFA) y les mostró la base de datos de las imágenes de explotación sexual infantil que les acababa de remitir Interpol.
Es en este punto en el que aparece la utilización positiva de la tecnología más desarrollada, que varias veces es empleada con fines poco dignos.
Los peritos federales tomaron las imágenes de aquellas niñas abusadas (de entre 12 y 17 años) y las insertaron en un software que permite identificar rasgos físicos en la actualidad, cotejando con la base de datos del Registro Nacional de las Personas (Renaper).
De esta manera, tiempos después los agentes volvieron a la fiscalía de Azzolin y le entregaron 10 presuntas coincidencias. Aquellas niñas, le mostraron, hoy eran estas mujeres. La mayoría, continuaba viviendo en Viamonte.
Ante esta evidencia, en abril del año pasado, Azzolin remitió este conjunto de imágenes, más el cotejo de la Policía Federal, al fiscal de Cibercrimen de Córdoba, Franco Pilnik.
Franco Pilnik, fiscal de Cibercrimen en Córdoba. (Archivo)
La investigación estaba avanzada, pero aún faltaba un arduo camino por delante. ¿Cómo llegar al pueblo, tocarle la puerta a esas mujeres y preguntarles si efectivamente ellas eran las víctimas de aquel horror silenciado?
Se diagramó un operativo especial. No sólo iban a llegar policías, sino también todo un equipo especial para la contención psicológica. Remover el pasado nunca es grato, aunque a veces termina por ser liberador.
También se logró identificar la casa donde Maidana supo vivir en Viamonte, el hogar al que habría llevado a las chicas para fotografiarlas sin ropa, según se desprende de la acusación.
La excusa para vulnerar la inocencia de ellas consistía en ofrecerles una sesión de fotos para "modelaje" o "trabajos menores", momento en el que aprovechaba para exigirles que se quitaran la ropa, según declararon ahora.
Esa vivienda fue allanada, con permiso de su actual morador, y se realizó un exhaustivo cotejo fotográfico para luego comparar con las imágenes halladas por Interpol.
Seis de las mujeres identificadas por la Policía Federal volvieron más de una década atrás y contaron lo que padecieron en aquella vivienda.
Sus relatos, identificando a Maidana, llevaron a ordenar su detención. En rigor, perdió el beneficio de la prisión domiciliaria y volvió a una celda de la cárcel de Bouwer. El operativo, bajo un estricto hermetismo, se llevó a cabo en un edificio de calle Independencia el pasado 20 de diciembre.
Tras la feria judicial de enero, Maidana fue llevado a Tribunales 2 para ser sometido a la declaración indagatoria. Eligió la asistencia de un asesor oficial, pero fue él el que optó por hablar ante la fiscalía.
Desarrolló entonces un largo testimonio, en el que demostró tener una amplia "conciencia forense" (el alcance del delito que se le imputa): reconoció ser consumidor de páginas en las que se subían imágenes de pedofilia, dijo que jamás distribuyó las imágenes, sino que fue "hackeado" y sobre la producción de las mismas, se limitó a subrayar que todo ya estaría prescripto.
El debate jurídico hoy es intenso en ese sentido: las fotos de aquellas niñas hoy continúan viajando por diversas computadoras del mundo.