Que la yerba no te tape el malbec

Adrián Simioni

Medio país reaccionó indignado cuando se supo que la selección argentina osó llevar a Qatar yerba brasileña envasada en Uruguay en lugar de yerba mesopotámica. Ola de horror. El dedo en la llaga del chauvinismo y el honor nacionalista. Sin embargo, la decisión no tiene ningún impacto comercial ni de ningún tipo. Argentina produce yerba para sí misma y para los únicos países que la consumen fuera del cono sur: Siria y El Líbano. Argentina no promueve la yerba en el mundo, algo que por otro lado parece muy difícil. No pasa nada.

En cambio, nadie le presta atención a la tragedia que está sucediendo con la otra gran bebida nacional: el malbec, el varietal de vino argentino por antonomasia. La exportación de malbec es la única historia exitosa en el mundo de la agroindustria argentina. Es el único producto argentino de alto valor agregado que se ve en todas las góndolas de todos los supermercados de Estados Unidos, por ejemplo, con más espacio que los vinos chilenos y compitiendo sin complejos con franceses, españoles e italianos. Uno se pregunta de dónde sacan los mendocinos tantos millones de litros para abastecer eso.

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Pero esa única historia de éxito está amenazada. Según el Instituto Nacional de Vitivinicultura las exportaciones cayeron 53% este año respecto del año pasado. Es por los costos internos que, por la inflación, suben más que el dólar. También por la locura de un país que le cobra en este caso una retención del 4,5% al que logra exportar vino, para empezar. Ahora, encima, la situación es dramática por la sequía y las heladas. Pero los bodegueros van mucho más allá. Dicen que no se trata sólo del dólar, sino que los vinos argentinos están afectados por el atraso del país y su falta de apertura. Un ejemplo: hoy, por razones políticas, China ha dejado de comprar vinos australianos. Sería una oportunidad para el malbec. Pero los mendocinos no pueden competir. Chile ha firmado acuerdos de libre comercio con China. Por lo tanto, los vinos chilenos no pagan los aranceles de hasta 25% que tienen que pagar los vinos argentinos. El malbec queda fuera de carrera. Sacrificamos la exportación del vino que sabemos hacer a China porque no queremos que entren productos chinos a competir con cosas que no sabemos hacer. Sin ir más lejos, esta semana el gobierno inició una acción antidumping contra China para que no entren globos y bombuchas chinas. Millones de litros de malbec contra bombitas para el carnaval.

El drama argentino no es el dólar malbec ni el dólar tarjeta. Es la idea general que tenemos sobre lo que hay que hacer. Que está equivocada. Ahora ya podemos seguir ofendiéndonos con la yerba mate y la selección de fútbol.