Ceferino Reato desnuda la historia del atentado más terrible de Montoneros

Ceferino Reato desnuda por primera vez la historia documentada del mayor atentado contra una dependencia policial en el mundo en "Masacre en el comedor", libro que presentó el sábado 1 de octubre a las 17 en el Domo Participativo de la Feria del Libro de Córdoba.

"Montoneros pone esa bomba como una muestra de que estaban bien, porque para ellos el golpe era una buena cosa", explicó el reconocido periodista y escritor a Entre Líneas.

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"Fue un atentado tomado como terrorista porque trataban de generar terror, miedo y demostrar a la gente que no estaban solos. También para decirle a la Policía y los militares que 'acá estamos nosotros'", agregó.

El 2 de julio de 1976, a cien días de instalada la dictadura militar, la bomba de Montoneros que explotó en el comedor de la Superintendencia de Seguridad Federal dejó veintitrés muertos y ciento diez heridos.

El ataque fue perpatuado gracias a José María Salgado, de 21 años, estudiante de ingeniería y que también era oficial de Montoneros. Él fue quien llevo la bomba en un maletín, la dejó sobre una silla y siete minutos antes de la hora programada se fue del comedor.

"Montoneros tenía muchos infiltrados, muchos hijos de militares, muchos chicos y entre ellos un agente de policía. Él pertenecía al aparato de inteligencia de Montoneros. El jefe de él era Rodolfo Walsh, que ya era un escritor conocido, pero también era un revolucionario y era experto en tareas de inteligencia", relató el autor.

Con la habitual pericia de Reato, el libro también destaca el rol de Walsh en la organización y particularmente dentro del atentado: "Es él quien diagrama toda la operación, era el jefe directo de Salgado y él lo reclutó en la facultad de Ingeniería. Una de las tareas de Walsh era coordinar la información que recibían de sus informantes".

En el libro, Reato destapa también algunos de los detalles que dieron forma a este atentado: "Todos eran de bajo rango, porque era un comedor popular, de buenos precios, de comida abundante. Los jefes de la Policía iban a otros lados, o se quedaban en sus despachos o iban a sus casas".

La reacción de la gente: un "tiro por la culata" para Montoneros

"Decían que la gente se iba a dar cuenta que con el ajuste económico que se viene, con la represión ilegal, que 'nosotros el Ejercito Montonero somos los defensores del pueblo'", explicó Reato.

Pero el plan, si bien salió a la perfección, no generó el resultado esperado: "La gente lo tomó a mal porque fue una bomba vietnamita, es decir que también tenía bulones, postas de acero y eso agujereó todo lo que encontró y los cuerpos quedaron totalmente destruidos".

Entrevista de Informados, al Regreso.