Una mirada isleña sobre la guerra

Alejandra Conti

Una tragedia como la guerra nunca tiene una sola mirada. Y en cada bando enfrentado hay, a la vez, opiniones discordantes.

En la búsqueda que hacemos como periodistas de esas diferentes voces, nos encontramos con una que representa a muchos isleños.

Le habíamos pedido una opinión a una persona. Fue la única que aceptó decir algo, y fue contundente. “Nunca podré perdonar a los argentinos por lo que nos hicieron”.

Luego apareció un comentario suyo en las redes que motivó un nuevo contacto y una posterior respuesta de su parte.

En su último mensaje, nos dice que es una isleña nacida y criada aquí, que en 1982 estaba casada y tenía 3 hijos pequeños.

Relata que desde el 2 de abril hasta el 14 de junio vivió con su familia momentos aterradores, que no tenían a dónde escapar y que no tuvieron más remedio que quedarse y afrontar lo que sucediera.

Describe el infierno de las explosiones de las bombas, de los barcos que se hundían y de las muertes que se estaban produciendo. No esconde su indignación porque considera que todo eso pasó porque otro país consideraba a las islas de su propiedad. “No lo son y espero que nunca lo sean”, agrega.

Si bien algunos isleños cuando hablan con nosotros separan al pueblo argentino de sus gobiernos, sobre todo de la dictadura, esta persona ve las cosas de otra manera: en su opinión, los argentinos nunca piensan en los efectos que tuvo la guerra en la población civil, como si hubiera sido algo inocuo. “Sé que fue hace 40 años, pero hay cosas que nunca salen de la cabeza de uno. Por mi parte, nunca lo superé”, asegura.

Recuerda que en las islas hubo gente encerrada durante un mes casi sin comida ni agua, incluso familias con niños pequeños. Se refiere no sólo a los que quedaron en Stanley en sus propias casas o casas de amigos y no pudieron huir al campo, sino seguramente a los residentes de Goose Green, confinados por los militares argentinos en un galpón durante el mes que duró la ocupación argentina en esa parte de las islas.

Lamenta también que en la actualidad las políticas argentinas hacia las islas sigan siendo, en su opinión, de hostigamiento. “Nos han impedido recibir carga de Chile, nos han impedido vuelos humanitarios, entre otras cosas”.

“Cuando llega esta época del año, la gente aquí en las islas sufre mucho”, agrega.

En su relato, encuentra semejanzas entre la situación por la que atravesó la población civil de las islas con la que se vive en Ucrania en estos momentos. “Algo de eso fuimos nosotros en 1982”.

“Antes habíamos confiado en los argentinos y mire a dónde nos llevó”, agrega en referencia posiblemente al Acuerdo de Comunicaciones de 1971, por el que hubo un acercamiento hacia la población civil.

Su conclusión, como un pedido, sigue siendo la misma: “Por favor, comprenda ahora por qué nunca más podría confiar en un argentino”.