Hace ya demasiado tiempo que villa La Tela, un barrio empobrecido ubicado en la zona oeste de la ciudad de Córdoba, se ha transformado en un enorme desarmadero de vehículos robados.
En cualquier patio arman un lugar para ''cortar'' autos, es impresionante la cantidad de lugares que hay", supo alertar un investigador policial.
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En los distintos expedientes abiertos en los últimos años contra las bandas dedicadas al robo de vehículos en Córdoba es posible rastrear cómo funciona este submundo delictivo.
Aquellos que "levantan" (roban) un auto en la vía pública reciben una paga de entre 50 mil y 80 pesos, aunque el monto puede ascender a 400 mil pesos si se trata de una camioneta de alta gama. Utilizan inhibidores, los antiguos "ganchos" para luego romper la alarma en milésimas y hasta armas de fuego para disuadir a los propietarios.
Después, aparecen los "enfriadores", aquellos que tienen cocheras (o que directamente prestas los garajes de sus casas) para que los ladrones dejen los vehículos robados estacionados y se aseguren de que no tienen seguimiento satelital o que hay demasiado interés en su búsqueda. Cobran entre cinco mil y 10 mil pesos por cada rodado, según los datos que figuran en la investigación.
A partir de entonces, aparecen dos caminos posibles.
Por un lado, aquellos que "desguazan" en tiempo récord un auto, y que cobran entre 50 mil y 200 mil pesos por cada uno, aunque en algunos casos acceden a hacerlo por menos dinero a cambio de alguna autoparte.
Pero no todos los vehículos robados terminan por ser cortados con amoladora o motosierra. También, sobre todo con las camionetas de alta gama, se ha abierto un fenomenal mercado para llevarlos hacia el norte argentino e, incluso, cruzarlos hacia países vecinos. Para ello, es necesario la aparición de otras "células" compuestas por aquellos que le borran las grabaciones a los motores y a las otras autopartes con sellos, además de falsificar la documentación.
En cuanto al desguace, villa La Tela aparece como una referencia ineludible en cualquier investigación de este tipo.
A fines de noviembre último, este barrio fue uno de los epicentros de la denominada "Operación Fénix", un megaoperativo liderado por el fiscal federal Maximiliano Hairabedian que incluyó más de 100 allanamientos con 44 personas quedaron detenidas y en el que se secuestró una suma millonaria.
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En aquella oportunidad, en Cadena 3 se describió cómo los delincuentes habían ido ganando hasta terrenos oficiales, en medio de un descalabro social más que evidente.
"Al frente de esa vivienda (donde estaban desarmando un auto recién robado) aparece un inmenso terreno de la Escuela de Suboficiales de la Fuerza Aérea Argentina. La paradoja es cruel: los delincuentes han logrado ganarle parte de ese territorio a la institución y allí mismo también desguazan autos robados. Este miércoles, minutos después de las 9, mientras la cuadra estaba repleta de policías y el fiscal Hairabedian supervisaba todo en el mismo lugar, un grupo de niños de entre 4 y 11 años, atacó a piedrazos a tres soldados que llegaron hasta ese perímetro. ''Así los fueron corriendo, a fuerza de piedrazos. Al final, la Fuerza Aérea se cansó y dejó que los delincuentes usurparan esa parte del terreno'', agregó otro investigador", según se cronicó en esa ocasión.
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Este jueves a la tarde, otra vez villa La Tela volvió a ser epicentro de un operativo policial en el que ahora se conjugaron dos variables de una realidad tremenda: el mercado del desguace de vehículos y la violencia contra los policías en los barrios de Córdoba.
Esta semana en Cadena 3 el comisario mayor Sergio Barrios había adelantado que durante 2023 la fuerza había tenido 480 policías agredidos en operativos y 450 móviles dañados. Una realidad que durante este enero se profundizó: de acuerdo a los registros oficiales, en los primeros 31 días de 2024, al menos 47 policías fueron atacados. Dos de ellos, a balazos. En tanto, otros 19 recibieron golpes de todo tipo y hubo episodios en los que los vecinos/delincuentes hasta les arrojaron agua hirviendo.
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El comienzo de febrero no arrojó una perspectiva de mejora en ese sentido. Este jueves, cerca de las 16, un grupo de cinco efectivos de Sustracción de Automotores llegó a villa La Tela en busca de una camioneta Mitsubishi que había sido robada durante la mañana en Alto Alberdi.
Fue en ese recorrido que lograron observar cómo en una vivienda aparentemente abandonada de Aviador Zaar, ubicada entre las calles Almonacid y Albarracín, estaban desarmando un vehículo. Al descender e intentar corroborar esta situación, los efectivos de pronto se vieron rodeados por casi 50 personas, que comenzaron a atacarlos. "Los policías estaban de civil, pero los identificaron igual", agregó una fuente de la fuerza.
La agresión fue inmediata y brutal: ladrillazos, piedrazos, palos e incluso intentos de golpes de puño. En clara inferioridad, los policías corrieron al interior de la casa abandonada y se parapetaron mientras pedían, por la radio, refuerzos. Incluso, tuvieron que sostener la puerta ya que los atacantes buscaban voltearla para continuar agrediéndolos. Por las ventanas, llovían piedrazos de todo tipo. Uno de estos proyectiles le impactó en el ojo a uno de los policías, que comenzó a perder abundante sangre.
Recién cuando llegó un grupo de la Policía Barrial y de la Guardia de Infantería, con armas no letales, los delincuentes se replegaron. Antes, arrojaron más proyectiles contra los móviles policiales.
Cuatro efectivos terminaron con diferentes lesiones: dos de ellos quedaron internados, en observación, en el Policlínico Policial. Además, cinco móviles fueron dañados. Además de la camioneta que se buscaba, los policías encontraron, a metros de ese desarmadero, un Renault 11 que había sido robado sólo un puñado de horas antes.
Pese a que la gravedad del ataque, nadie fue detenido por las agresiones.
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