Dos hombres de 47 y 29 años, ambos con domicilio en barrio Cabildo, al sur de la ciudad de Córdoba, fueron detenidos en la noche del sábado último tras ser sorprendidos en un auto con dos armas de fuego y seis handies, entre otros elementos.
El operativo, según informó la Policía, tuvo epicentro en la esquina de Agüero y Tantingasta, en barrio General Bustos, de la Capital cordobesa. Allí, los sospechosos fueron capturados en un Volkswagen Suran que habían estacionado a poco más de 100 metros del nuevo estado de Atenas.
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La referencia lejos está de ser una anécdota: a esa hora, La Delio Valdez ofrecía su segundo concierto en Córdoba, con un estado lleno. Afuera, eran decenas los vehículos estacionados, lo que representa un negocio millonario para los "naranjitas".
De acuerdo a las fuentes consultadas, los detenidos integran una facción de "La Fiel", la poderosa barra brava del club Talleres con múltiples tentáculos por fuera de la cancha, que incluye aceitados contactos con sindicatos, trabajos informales como "patovicas" y el tráfico de drogas, entre otras cuestiones.
Dentro de este amplio abanico de negocios que tiene la barra, asoma también una cooperativa ligada al cobro del estacionamiento en las inmediaciones de los grandes espectáculos en la ciudad. Se trata de la misma organización que hace tiempo regentea uno de los lugares más preciados en las fueras del Estadio Kempes cuando juega Talleres.
No está claro si esta cooperativa cuenta con el aval de la Municipalidad de Córdoba.
De acuerdo a las barras consultadas, desde que Atenas inauguró su nuevo estadio y anunció que allí se iban a realizar masivos espectáculos, el copamiento territorial de estos "naranjitas" con fuertes vínculos con La Fiel no se hizo esperar.
Quienes conocen de primera mano cómo se articula el negocio en los alrededores de estos eventos confiaron que semanas atrás cuidacoches que siempre estuvieron en esas cuadras fueron golpeados de manera severa, al mismo tiempo que se los amenazó para que no volvieran allí.
"En un momento quisieron decir que a un ''naranjita'' lo habían golpeado porque lo vieron robando, pero fueron mentiras: lo cagaron a palos para que se fuera", apuntó uno de los informantes.
En videos que en su momento circularon de aquellas golpizas aparecieron personajes que las fuentes vincularon de manera estrecha a La Fiel.
El sábado último, alguien se cansó de estas extorsiones. Y llamó de manera anónima al 911. Dijo que veía personas armadas afuera del nuevo estadio de Atenas.
Cuando el primer móvil llegó, los policías controlaron a los dos ocupantes de un Volkswagen Suran que estaban sentados, de manera sospechosa, dentro del vehículo estacionado a unos 100 metros del recinto. Adentro, se consignó de manera oficial, tenían una pistola Bersa nueve milímetros, un revólver calibre 38, tres cuchillos, seis handies y binoculares, además de credenciales de la supuesta cooperativa.
Elementos que revelan que allí no existe ningún "trabajo de subsistencia", sino una compleja organización. No es la primera vez que se observa en las calles de la ciudad a "naranjitas" interconectados con handies en las adyacencias de grandes espectáculos.
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Desde hace tiempo, el fenómeno expansivo de las barras cordobesas ha quedado más que en evidencia.
Referentes de la hinchada de Instituto quedaron presos luego de montar un impresionante negocio alrededor de los últimos recitales que se desarrollaron en la cancha de Alta Córdoba, a la par de ir ganando cada vez más territorio cuando el equipo de fútbol juega de local.
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"Los Piratas" de Belgrano manejan un millonario presupuesto a través de múltiples ingresos. La Justicia aún no logra descifrar el real motivo detrás de dos graves atentados a balazos que se registraron semanas atrás en uno de los locales partidarios que la barra regentea.
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"La Fiel" es acaso el grupo más grotesco: conformado por múltiples células, tiene una inserción territorial en la que se mimetizan los negocios ilegales y los vínculos políticos y sindicales. Sus referentes se han visto involucrados en los últimos años en resonantes episodios, en multimillonarios contrabandos de drogas, en amenazas con gruesos armamentos y en otras cuestiones que obligaron a que interviniera la división Antiterrorismo de la Policía de Córdoba.
A principio de este mes, el Ministerio de Seguridad de Córdoba anunció que iba a intensificar, con la Policía, los controles sobre los "naranjitas", con el objetivo de evitar las extorsiones y asegurar el pago "a voluntad". Incluso, se indicó que en 10 días ya había 13 cuidacoches detenidos.
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Pero todos los operativos terminaron en casos aislados: la real trama detrás de estas barras aún no logra aparecer de manera completa en los múltiples expedientes judiciales que tienen a sus referentes en la mira. Escrito de otra forma: la Justicia de Córdoba continúa mirando la actividad de las barras bravas como episodios aislados, sin tener en cuenta la organización que estas estructuras tienen por detrás. Y los aceitados contactos.
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