Una joven pareja sufrió una odisea al quedar a merced de al menos tres delincuentes armados que la secuestraron para robarle el auto.
Si bien hasta el momento no hubo ninguna información oficial por parte de la Policía, fuentes judiciales apuntaron a Cadena 3 que este grave episodio de inseguridad ocurrió en la madrugada de este miércoles, minutos antes de las 2, cuando dos jóvenes de 26 y 21 años circulaban por calle Lavalleja, en barrio Alta Córdoba, de la Capital provincial, en un auto Volkswagen Fox.
Fue entonces que un fortísimo impacto de una piedra obligó al conductor a aminorar la marcha. De la oscuridad se asomaron tres sujetos armados que rodearon al vehículo.
A punta de pistola, los delincuentes obligaron a la parejita a pasar a la parte de atrás del auto, junto a uno de ellos. Los otros dos tomaron el control delantero y arrancaron.
Con los jóvenes secuestrados, los ladrones comenzaron a trasladarse hacia la periferia norte de la ciudad. Sin ser detectados por ningún control policial, recorrieron más de 10 kilómetros, en un viaje que duró casi media hora y que para las víctimas pareció una eternidad.
Recién en el ingreso a un callejón que lleva hacia Los Cortaderos, en la avenida Spilimbergo al 7300, en Los Boulevares, los delincuentes frenaron un momento. Tras indicarle a la pareja que descendieran, volvieron a acelerar y se perdieron entre los inmensos yuyos que configuran buena parte del paisaje urbano en esa ruta alternativa hacia el aeropuerto de la ciudad.
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Hace tiempo que los alrededores del último tramo de la avenida Spilimbergo se convirtieron en un gran basural a cielo abierto. Entre esos pastizales se abren los caminos que conducen hacia Los Cortaderos, la última referencia que los dueños del auto tuvieron antes de perderlo de vista.
Desesperados, en medio de la noche, los dos jóvenes comenzaron a hacer señas a otros automovilistas, hasta que uno frenó y los auxilió. Recién entonces la Policía fue anoticiada de lo ocurrido. En un principio, las víctimas no habrían sufrido lesiones.
Pocas horas antes del robo y secuestro que sufrió esta pareja, dos jóvenes ladrones, que serían menores de edad, golpearon a dos mujeres a las que despojaron de su auto, un Fiat Cronos, en Isabel la Católica y General Paz, también en Alta Córdoba, según denunciaron los propios vecinos.
No se trataron de los dos únicos casos de inseguridad en ese barrio, ya que las 4 de la madrugada de este miércoles, dos jóvenes de 24 años fueron detenidos por la Policía cuando trasladaban varias bolsas en mercadería que acababan de robar del bar "Cantina Don Carlos", de calle Isabel la Católica al 1000. Un pack de gaseosas chicas, dos botellas de fernet, dos de Gancia, una amoladora y golosinas forma parte de lo que se logró recuperar.
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En tanto, minutos después de las 23 del martes, la Policía encontró en un baldío próximo a la villa Los Galpones, sobre calle Mendoza, dos bicicletas, un calefón, una estantería de hierro y una aplanadora de tierra, objetos que habían sido robados de una casa del sector. Cuando los agentes intentaban trasladar todo lo recuperado, un grupo de vecinos comenzó a atacar a los uniformados con piedrazos, lo que obligó a los uniformados a utilizar armas de balas de goma para dispersarlos. No hubo detenidos.
Tanto el robo del VW Fox a la pareja que fue secuestrada como la sustracción del Fiat Cronos a las mujeres que terminaron golpeadas vuelven a dejar en evidencia el impresionante mercado clandestino de automotores que existe en Córdoba.
De acuerdo a la última estadística provincial, en todo el mapa cordobés se robaron, en promedio, 10 autos por día. El dato incluye todo: vehículos sustraídos a punta de pistola, rodados que son "levantados" cuando están estacionados (con inhibidores o el dispositivo Flipper) y, también, aquellos robos fraguados para estafar a las compañías de seguros.
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El fin de semana último se registró un caso llamativo en barrio California, en la zona sur de la ciudad, cuando un delincuente contrató una grúa para llevarse un viejo auto Alfa Romeo que estaba estacionado desde hacía varias semanas en la vía pública. La intervención de una mujer que dijo ser la dueña del vehículo puso en alerta a la Policía, que impidió que el rodado finalmente fuera sustraído.
Si bien aún se investigan los pormenores detrás de este caso, ya que todavía hay varios puntos que no cierran, avezados investigadores policiales advirtieron que es mucho más común de lo que se cree que los delincuentes contraten grúas legales para pedirles que les lleven un vehículo estacionado, fingiendo ser los dueños del rodado.
También hay casos en los que los empleados de estas grúas son cómplices de los ladrones.
Los métodos son de los más variados. Desde aquellos que rompen el vidrio del auto, le sacan la marcha y lo llevan atado a otro vehículo, hasta los delincuentes más sofisticados que emplean inhibidores de alarmas o el dispositivo Flipper. En el medio, aparecen los asaltos violentos, a punta de pistola o directamente a golpes.
Aquellos que "levantan" (roban) un auto en la vía pública, reciben una paga de entre 50 mil y 80 pesos, aunque el monto puede ascender a 400 mil pesos si se trata de una camioneta de alta gama.
Después, aparecen los "enfriadores", aquellos que tienen cocheras (o que directamente prestas los garajes de sus casas) para que los ladrones dejen los vehículos robados estacionados y se aseguren de que no tienen seguimiento satelital o que hay demasiado interés en su búsqueda. Cobran entre cinco mil y 10 mil pesos por cada rodado, según los datos que figuran en la investigación.
A partir de entonces, aparecen dos caminos posibles.
Por un lado, aquellos que "desguazan" en tiempo récord un auto, y que cobran entre 50 mil y 200 mil pesos por cada uno, aunque en algunos casos acceden a hacerlo por menos dinero a cambio de alguna autoparte.
Pero no todos los vehículos robados terminan por ser cortados con amoladora o motosierra. También, sobre todo con las camionetas de alta gama, se ha abierto un fenomenal mercado para llevarlos hacia el norte argentino e, incluso, cruzarlos hacia países vecinos. Para ello, es necesario la aparición de otras "células" compuestas por aquellos que le borran las grabaciones a los motores y a las otras autopartes con sellos, además de falsificar la documentación.
Entran en escena, también, los conductores que llevan las camionetas de una provincia a otra y hasta los empresarios, dueños de concesionarias, que brindan las "pantallas" necesarias para colocar de nuevo a estos rodados adulterados en el mercado legal.
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