Los investigadores policiales de Córdoba ya han dado el grito de alarma: en los últimos tiempos, aparecen cada vez más casos graves en los que los victimarios son personas con algún padecimiento psiquiátrico.
Una realidad que termina en el ámbito penal, pero que pone en relevancia el debate sobre la ley de salud mental en el país y la necesidad de encontrar alguna respuesta estatal más eficiente.
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Este sábado, Eric Van de Velde (28) asesinó a machetazos y con un cuchillo de caza a su sobrino Santiago Palacios (12) y dejó malheridas a su hermana Vanesa Van de Velde (38) y a su madre Norma Cejas (56), quienes por estas horas pelean por vivir en la terapia intensiva del Hospital de Urgencias.
El joven, que fue golpeado por vecinos que irrumpieron en la vivienda de barrio Kairos, quedó internado en un Centro Psíquico Asistencial (CAP). Si bien aún no está para nada claro qué sucedió, a raíz de una serie de posteos en redes sociales y al testimonio de vecinos y allegados a la familia, se sospecha que Eric pudo haber sufrido un brote psicótico al momento de la masacre.
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El caso lejos está de ser una excepción en la provincia. El pasado 8 de marzo a la tarde, Franco Nicolás Cabrera Guevara (20) tomó una camioneta que un cliente había dejado en la cerrajería familiar y comenzó un raid alocado por las calles de barrio General Bustos. Embistió siete autos y a un motociclista, Gonzalo Uliana (29), que murió producto del impacto. "Me perseguía el diablo", gritaba Cabrera Guevara cuando los vecinos lo bajaban de la camioneta semidestruida.
Los estudios determinaron que había consumido cocaína y marihuana. Su familia agregó que sufría de padecimientos mentales a raíz de su adicción, tal como ocurre, por ejemplo, con el cantante Chano Charpentier, cuyo caso motivó un fuerte reclamo de su madre para intentar cambiar la ley de salud mental, sobre todo en lo que respecta a las internaciones compulsivas, algo que casi no se aplica en la actualidad.
Al igual que en el caso del sábado último en barrio Kairos, la discusión por la tragedia provocada por Cabrera Guevara quedó reducida al debate judicial de la imputabilidad. El fiscal Andrés Godoy, tras analizar los resultados de los peritajes, ordenó que continuara detenido e imputado de "homicidio culposo agravado por el uso de automotor".
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La discusión jurídica es fina y sujeta a diferentes interpretaciones. Pero de ninguna manera logra reemplazar al real debate de fondo, aún pendiente.
Hace una semana, un cordobés fue noticia nacional por un fallo que revocó una condena a prisión perpetua, ya que ahora se determinó que es inimputable.
En septiembre de 2018, el veterinario cordobés Mariano Alejandro Bonetto había sido condenado a prisión perpetua por el homicidio de dos amigas y el intento de homicidio de otro joven en una plaza de La Boca, Buenos Aires, en octubre de 2016.
Bonetto no conocía a las víctimas (Natalia Grenbenshicova y Nuria Couto) ni había tenido ningún trato con ellas. Esa tarde, de manera intempestiva, tomó un cuchillo y las atacó.
A principios de este mes, casi cuatro años después del a condena a perpetua, le anularon la sentencia, fue declarado inimputable por la Cámara Nacional de Casación y enviado a un neuropsiquiátrico.
Más dramas
El pasado miércoles 18 de mayo, una mujer de 39 años asesinó a su hija de 6 años a puntazos provocados con un destornillador en una casa de la localidad cordobesa de La Paz, y luego intentó quitarse la vida, aunque no lo consiguió y llamó a la Policía para confesar el crimen.
“La mamá de la niña se habría comunicado con la policía local informando que, momentos antes, había dado muerte a su hija. Se constituyó el equipo forense, Policía científica y Judicial para comenzar las tareas de rigor. Al llegar al lugar de los hechos, la Policía pudo comprobar que la progenitora se había autolesionado y se encontró el cuerpo sin vida de la pequeña”, dijo aquel día a Cadena 3 la fiscal María Eugenia Ferreyra.
La mujer, identificada como Laura Elizabeth Báez (39), atravesaba desde hacía un tiempo una crisis psiquiátrica.
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El pasado viernes 3 de este mes, en tanto, la Policía tuvo que irrumpir en un domicilio de barrio Villa Páez,en la ciudad de Córdoba, para detener a José Luis Merlo (41). El hombre había rociado a su madre con alcohol etílico y amenazaba con prenderla fuego. La mujer fue rescatada y trasladada ilesa al Polo de la Mujer.
Otro drama ocurrió el pasado 25 de enero en una vivienda de barrio Villa Urquiza, también en la Capital cordobesa.
Máximo Agustín Herrera (19) mató de un balazo en la cabeza a su madre, Daniela Roxana Herrera (47), cuando se puso a "jugar" a la "ruleta rusa" apuntando a sus familiares en el comedor de la casa, según se investiga. En la causa hay amplias referencias al consumo de drogas por parte del joven. Se sospecha que fue en ese contexto que tomó el arma y comenzó a apuntar al resto de la familia, hasta que finalmente salió el disparo fatal.
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"Están limados", resumió un experimentado investigador en referencia a qué tuvo que que pasar por la cabeza de un joven para que fuera capaz de ponerse a "jugar" a la "ruleta rusa" en la mesa familiar.
En septiembre del año pasado, la fiscal Paula Kelm ordenó la internación en el Centro Psico Asistencial-Unidad de Agudos Judicializados de Córdoba del joven de 22 años acusado de dar muerte a su abuela, Marisa Carrara de 65 años, en la localidad de Charbonier. La mujer murió atacada a machetazos.
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