El llamado "caso Máscolo", la investigación de la Justicia Federal que persigue la sospecha de un millonario lavado de dineros provenientes de la corrupción en la obra pública en Córdoba, tiene un nombre que resalta, además del principal investigado.
Se trata de Javier Adrián Katz, cuyo apellido se repite 23 veces en la acusación que firmó el fiscal federal Enrique Senestrari. El expediente es encabezado por el empresario Federico Máscolo, con aceitados vínculos políticos, imputado como autor del delito de "lavado de dinero".
Junto a él figuran otras ocho personas, acusadas como presuntas partícipes necesarias del mismo delito. Es, dentro de este lote, donde Katz aparece de manera notable.
El hombre, vinculado al mundo de las finanzas y de los desarrollos inmobiliarios, figura en nueve de los 11 departamentos que Máscolo supo comprar en Miami, Estados Unidos.
La ruta de estos inmuebles es clave en esta pesquisa. En la causa se sostiene que en un puñado de meses, durante 2017, Máscolo fue adquiriendo cada uno de estos departamentos emplazados en el mismo complejo inmobiliario, el edificio "Ramada" del “The Aventura Beach Club Condo”. Se trata de un exclusivo condominio ubicado sobre la avenida Collins 19201, en la Isla Sunny, uno de los lugares más paradisíacos de la isla de Florida.
La Isla Sunny ya tiene un fuerte antecedente en la persecución de la corrupción en Argentina. Allí, el financista "arrepentido" Ernesto Clarens (acusado de blanquear negocios de Lázaro Báez por unos 700 millones de pesos en la denominada "la ruta del dinero K") invirtió más de 5.000.000 de dólares en propiedades.
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A la mayoría de estos 11 inmuebles Máscolo la compró -siempre según se sostiene hasta ahora en la investigación- generando sociedades en Estados Unidos. A cada una de estas sociedades las llamaba "BERFRANSAN" (por las iniciales de los nombres de sus tres hijos) y les agregaba el número del departamento correspondiente.
Las fuentes consultadas por Cadena 3 indicaron que la transacción suele ser muy simple: un formulario web con el pasaporte escaneado. A veces, los compradores ni se toman la molestia de viajar hacia Estados Unidos.
En el caso del edificio "Ramada", los propietarios del condominio les ofrecen a los compradores otro beneficio: alquilar durante todo el año los inmuebles, como si fueran habitaciones de hotel, y dejarlos disponibles para sus propietarios cuando estos viajen.
Hay unidades pequeñas, de uno o dos ambientes más un baño y una cocina, y otras más lujosas. Los precios parten de los 80 mil dólares en adelante.
A Máscolo los investigadores le endilgan haber comprado al menos 11 de estos departamentos en unos pocos meses, todos durante 2017. En la acusación se sostiene que Katz asoma en la ruta de al menos nueve de estos inmuebles.
En algunos casos, Máscolo y Katz figuran como socios originales de la firma bajo cuya titularidad fueron anotados estos departamentos.
En otros, Katz aparece comprando, años después, la sociedad con la que Máscolo adquirió el departamento.
Los datos aportados por los sabuesos de la Afip a los investigadores federales sostienen que las titularidades de estas sociedades fueron mutando durante estos años y que entre 2021 y 2022 la mayoría de estos inmuebles fue vendida a terceros. En algunos casos, los compradores se repiten. Todos son argentinos y, en su mayoría, también cordobeses.
Los informantes consultados por Cadena 3 aseguran que Katz durante años ha ofrecido en Córdoba diferentes departamentos en Miami.
Para ello, desarrolló lo que ahora los investigadores llaman "el método Katz". Una maniobra de seducción que tenía como epicentro el fastuoso "taller mecánico" que había construido en la zona de Valle Escondido, de la ciudad de Córdoba.
Se trata del inmueble que fue allanado a comienzos de este mes y donde la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) secuestró una flota impresionante de vehículos de colección y de alta gama: una Ferrari, un Porsche, un Jaguar, dos Audi y dos BMW y una moto Ducati.
El operativo se enmarcó en una segunda etapa de una compleja investigación que en diciembre último llevó a la cárcel a Máscolo (el único detenido de los nueve imputados), luego de que se detectaran casi dos decenas de inmuebles y 14 vehículos de alta gama cuya procedencia para los sabuesos de la Afip es al menos sospechosa.
Una trama en la que se presume se utilizaron testaferros para encubrir el real origen del dinero.
A esta investigación se le sumó, a principios de este mes, una segunda tanda de allanamientos, con Katz como epicentro.
"Continuando la investigación, los oficiales determinaron que el principal socio y partícipe, registraba dentro de un barrio cerrado de la capital cordobesa vehículos de alta gama, por lo cual se produjeron los últimos allanamientos. Como resultado de los mismos se secuestraron siete autos importados de colección, una moto italiana, 33.451 dólares, 200.000 pesos, euros, dos armas de fuego, 31 municiones, dispositivos electrónicos y documentación de interés para la causa", comunicó de manera oficial el Ministerio de Seguridad de la Nación.
Todavía los investigadores federales están inventariando todo lo secuestrado para agregarlo a la misma causa.
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El "taller" de Valle Escondido fue definido como "impresionante" por parte de aquellos que lo han frecuentado. Además de la colección de vehículos de alta gama, el lugar tenía un generoso quincho, con una cava subterránea incluida, donde Katz solía ofrecer celebrados asados o comidas al disco al que eran invitados buena parte de los empresarios más prósperos de Córdoba. Siempre, varones.
"Demasiada gente importante ha pasado por ese taller. Invitaban toda la comida, mostraban los autos de colección, te ofrecían dar una vuelta por el barrio y se pasaban horas hablando de esos vehículos o de la cava de vinos. Y siempre había un grupo alrededor de Katz que hablaba a viva voz de que ''el Gordo'' (como lo apodan) era un genio de los negocios, que les hacía ganar mucha guita con los departamentos en Miami. Así, dos o tres asados, hasta que les ofrecían a los invitados si querían comprar alguno", contó alguien que supo participar en varias de esas cenas, pero que al final nunca se animó a comprar alguna de las unidades de Estados Unidos.
En la Justicia Federal también tienen la pista de que ese "taller" de Valle Escondido fue utilizado como base de operaciones para ofrecer los inmuebles en el extranjero.
Lo que nadie puede asegurar aún es si los últimos compradores de estos departamentos sabían sobre la real ruta previa de estos inmuebles: el vínculo con Máscolo.
La duda es clave para determinar si los compraron de buena fe (tal como sostiene la mayoría de ellos) o si también fueron parte de la supuesta maniobra de lavado que se investiga.
"La mayoría de los que compraron estos departamentos lo tienen en blanco, declarados. Por eso es difícil que se hayan prestado a esa maniobra. Incluso, algunos ya han contado que cuando se los ofrecían nunca les dijeron que eran de Máscolo, sino que les indicaron que los propietarios eran empresarios rusos apurados en venderlos por las derivaciones de la guerra en Ucrania", agregó un abogado que ya recibió diferentes consultas por parte de algunos empresarios.
Es que cuando se destapó la causa fueron varios los que se agarraron la cabeza. Dicen que se sintieron "usados" por los ahora acusados.
En la investigación figuran al menos 30 personas, por afuera de los nueve imputados, sobre quienes la fiscalía quiere indagar para establecer la ruta total de cada departamento en Miami.
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