Fútbol y barrio, las pasiones por las que cayó el prófugo por un brutal crimen

Juan Federico

"¿Te das cuenta, Benjamín? El tipo puede cambiar de todo: de cara, de casa, de familia... de novia, de religión, de Dios... pero hay una cosa que no puede cambiar, Benjamín... no puede cambiar... de pasión".

Pablo Sandoval, el personaje interpretado por Guillermo Francella en la película El Secreto de sus ojos inmortalizó una frase que resume el fanatismo por el fútbol que tienen los argentinos.

Fue esta misma premisa en la que se basaron los sabuesos de Homicidios, de la Policía de Córdoba, para atrapar el pasado fin de semana al último eslabón que les faltaba en el rompecabezas criminal de una brutal emboscada que terminó en asesinato, el año pasado, en la Capital cordobesa.

Se trata del crimen que tuvo como víctima a Carlos Silvestre Dángelo (41), quien en la noche del 14 de noviembre pasado fue ejecutado en un descampado oscuro de la zona de Los Boulevares, al norte de la ciudad de Córdoba.

En la investigación judicial que lidera el fiscal Juan Pablo Klinger se sostiene que Sergio Alberto Guevara, conocido como "el Chancho" en barrio Autódromo, donde construyó su propio imperio sobre la base de un boliche nocturno, sospechaba en 2018 que Dángelo era el amante de su mujer. Y sin demasiadas vueltas, había decidido matarlo. 

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Pero justo en ese momento, Dángelo fue detenido por la Policía, luego de ser sorprendido con una pistola calibre 45. Cuando recibió una condena de cuatro años de prisión, jamás pudo suponer que ese era el plazo que le iba a quedar de vida.

Es que apenas regresó a la libertad, el 18 de octubre de 2022, Guevara comenzó a buscarlo para cumplir con aquella venganza, siempre según se sostiene en la investigación judicial.

Bajo engaños, el 14 de noviembre, Dángelo fue convocado por un antiguo compañero de prisión para ofrecerle salir a robar juntos. Fue en medio de aquel encuentro que lo secuestraron, lo ejecutaron y luego incendiaron el auto en el que se movilizaba.

La investigación se movió veloz. Pronto, Guevara (también ligado a la poderosa barra de Talleres, La Fiel) fue detenido, junto a otros sospechosos: su hijo Emiliano Guevara González, además de Facundo Zurko y Mauricio Omar Silva. 

En agosto último, cayó en una obra de Cosquín, Matías Gonzalo Cabanillas, sospechado de haber sido el "Judas" de Dángelo.

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Y este fin de semana, los detectives lograron la sexta y última captura: Gonzalo Rodríguez.

El fugitivo, que trabajaba como seguridad en el boliche Zafira que Guevara edificó en el corazón de barrio Autódromo, se había vuelto una sombra desde que en enero pasado el fiscal libró su orden de captura.

Varias veces los investigadores habían estado detrás de sus pasos, pero siempre a último momento lograba escabullirse.

Hasta que el trabajo de inteligencia logró un dato que los sabuesos supieron valorar desde las emociones del prófugo.

El sábado pasado, en un complejo de canchas de fútbol de Río Ceballos se iban a desarrollar las semifinales de un disputado campeonato de fútbol femenino. Entre los equipos, sobresalía el de barrio Autódromo, de la ciudad de Córdoba. Allí, juega la hermana de la novia de Rodríguez. Fútbol, familia y barrio: las tres pasiones del evadido.

Los policías lo pensaron varias veces, hasta que al fin se decidieron. De incógnitos, simulados entre los hinchas, diferentes efectivos llegaron el sábado a la tarde al complejo de canchas de Río Ceballos. Y esperaron con paciencia. Hasta que en medio de la nutrida afición que había llegado desde barrio Autódromo divisaron a quien habían ido a buscar. Y esta vez, no le dieron tiempo a nada.