La abrumadora diferencia de homicidios entre Córdoba y Rosario

En los siete primeros meses de este año, el Gran Rosario, que tiene una población de poco más de 1.200.000 de personas, acumuló al menos 164 homicidios.

En el mismo lapso, en el Gran Córdoba, donde viven alrededor de 1.400.000 de personas, se registraron 15 asesinatos.

Las cifras, que surgen de comparar los registros oficiales con una base de datos propia de Cadena 3 pone en evidencia una dinámica violenta con diferencias abrumadoras entre dos sociedades que suelen tener mucho más en común que en distancia.

No son los únicos números válidos para esta comparación: en 2021, en la ciudad de Buenos Aires, con tres millones de vecinos, se anotaron 103 crímenes, mientras que en la provincia de Buenos Aires, donde viven 16 millones de personas, se registraron 794 homicidios.

Lo que resalta que la violencia en Rosario esta fuera de cualquier parámetro.

De acuerdo a la información pública, en el 60 por ciento de los crímenes ocurridos en Rosario las víctimas tenían entre 15 y 29 años. Demasiados jóvenes para morir. 

"Estos jóvenes son construidos socialmente como desechables, como ‘matables’. Sus muertes no generan demasiados efectos, no son investigadas ni sancionadas adecuadamente",  supo apuntar la doctora en Antropología y docente de la Cátedra de Criminología de la Facultad de Derecho de Rosario, Eugenia Cozzi. Autora de un proyecto de estudio sobre esta problemática, la especialista indicó, en declaraciones públicas, que no todo se puede homogenizar detrás del relato del narcotráfico y la lucha territorial, sino que en esta abrumadora cifra de homicidios se debe leer, también, otros patrones de conducta, con estereotipos de masculinidades y la necesidad de algunos de obtener mayor fama o ascendencia dentro de sus círculos sociales.

En cuanto a cuál es el motivo de semejante diferencia entre Córdoba y Rosario, el especialista Roberto González, director del Observatorio de Estudios Sobre Convivencias y Seguridad Ciudadana, indicó: "Los homicidios valorados en tasas cada 100.000 habitantes es uno de los indicadores mundialmente acordados para medir el fenómeno de la seguridad de un lugar, cualquiera sea. Este fenómeno siempre responde a intencionalidades como así también a institucionalidades, entre ellas las políticas públicas y la investigación criminal, entre otros componentes. El homicidio constituye así una medida certera de la convivencia en una comunidad y, como expresión social dinámica, responde a condiciones sociales que moldean conductas y actitudes individuales y colectivas". 

"En Córdoba existe una tensión entre las improntas que buscan solucionar pleitos violentamente y aquellas que todavía consideran a nivel territorial la autorregulación de la violencia, saliendo victoriosa está última. Estos conceptos los compartimos con académicas de la Facultad de Psicología UNC", apuntó.

Y completó: "Es que la violencia se instala en nuestras comunidades como una forma autónoma de regulación, especialmente cuando al Estado le cuesta hacerlo. En el caso de Córdoba se combinan las actitudes ciudadanas y la impronta del Estado. Como cuestión transversal, el hecho que la ciencia aparece como útil para interpretar y sugerir intervenciones en ambas experiencias".