La casa de dos plantas, revestida con laja de pared, quedó rodeada este lunes temprano. Las camionetas verdes y blancas de Gendarmería Nacional no dejaban margen a dudas sobre qué estaba pasando en el interior. Recién un par de horas después, "la Mary", como todos conocen allí a la dueña del inmueble, saldría esposada.
Ocurrió en Vicente Espinel al 700, una cuadra a la que la nomenclatura oficial sitúa en barrio Alta Córdoba, pero que allí todos conocen desde hace años como "la Cortada", toda una referencia vinculada a los colores de Instituto, a un paso de uno de los accesos a villa El Nailon.
Pero nada de lo sucedido este lunes tiene relación a toda la historia de "la Cortada", sino que quedó concentrado en "la Mary", una antigua vecina que llegó hace tiempo desde La Quiaca y que, durante todos estos años, mientras su casa se iba para arriba, se mostraba como una emprendedora de la feria La Toscana, emplazada en la cercana avenida Juan B. Justo.
Los sabuesos de la Unidad de Inteligencia Criminal de Gendarmería en Córdoba la pusieron a "la Mary" en su radar cuando abrieron el celular de Eugenio Cavas, sindicado como el gran simulador del narcotráfico en Córdoba.
Bajo el nombre falso de Javier Cañete, este sujeto abrió una imponente concesionaria de vehículos de alta gama en Villa Carlos Paz, donde se presume que también funcionaba una mesa de dinero. Detrás de todo el ardid, habría escondido su real negocio, según se investiga en la Justicia Federal de Córdoba: el tráfico de drogas.
Quedó detenido luego de que en junio de 2021 se desbaratara un cargamento de más de 250 kilos de marihuana.
Aquella investigación que tuvo un gran impacto en su momento terminó por ser la piedra basal del fenomenal secuestro de cocaína que se produjo en las últimas horas en una ruta de Salta, donde los gendarmes le cortaron el paso a un camión que entre el cargamento de calabacines llevaba, camuflados, más de 860 kilos de cocaína boliviana.
Nada fue casual. Los hombres de verde, cuando abrieron hace casi tres años el celular de Cavas descubrieron que además de la marihuana habría intentado incursionar en el tráfico a gran escala de cocaína. Y que, para ello, se había contactado con una misteriosa mujer, según contaron las fuentes consultadas por Cadena 3.
El hilo se fue estirando cada vez más en la misma fiscalía, a cargo de Maximiliano Hairabedian, hasta que se llegó al dato clave. El trabajo de los gendarmes indica que un clan narco con asiento en Jujuy lograba contrabandear cientos de kilos de cocaína por Pichanal, en el departamento salteño de Orán. Luego, acopiaban toda la mercadería en una finca de Aguas Calientes, en Jujuy, mientras iban acordando la distribución por diferentes puntos del país.
Córdoba y Buenos Aires -por el puerto- aparecían dentro de esta ruta blanca como dos puntos centrales. Y "la Mary" como un contacto esencial. "Ella recibía los pedidos a gran escala y luego viajaba a Jujuy para terminar de acordar todo. Por eso se la sindica como una partícipe necesaria de toda esta historia", amplió un informante.
En la pesquisa se determinó que la semana pasada "la Mary" volvió a viajar hacia el norte. Todo se siguió a prudente distancia, para no levantar sospechas. Así, se logró determinar que un importantísimo cargamento de cocaína iba a comenzar a viajar hacia el centro del país.
Los gendarmes apostaron a un pleno. Y cantaron bingo el domingo a la madrugada, cuando el camión repleto de calabacines se asomó por la ruta nacional 9, a la altura del paraje salteño de "El Naranjo", antes de llegar a Rosario de la Frontera.
No le dieron tiempo a nada al chofer. Los gendarmes treparon al tráiler y comenzaron a sacar las bolsas con los zapallos. En el medio, fueron encontrando los bultos con la cocaína en "ladrillos". En total, casi 862 kilos. Un cargamento que puede rendir más de 50 millones de dólares.
La droga estaba distribuida en paquetes de diferentes colores: azul, ocre, amarrillo y gris. Aún persisten dudas si la diferenciación se produjo a raíz de que ya estaba asignada a diferentes compradores o si directamente la banda le compró a distintos proveedores bolivianos.
Sí se sabe que una porción de semejante cantidad de cocaína iba a quedar en Córdoba, mientras que la mayor parte iba a continuar viaje hacia Buenos Aires. Allí, se cree que se iba a buscar darle salida por el puerto. Siempre, una parte va quedando en el camino. El fenómeno se conoce como "contaminación": la ruta de la droga va desparramando la sustancia a su paso, comprando voluntades y abriendo nuevos lugares de esta oferta ilegal.
Mientras la droga se iba pesando, desde Córdoba el Juzgado Federal comenzó a librar ocho órdenes de allanamientos simultáneas en Salta, Jujuy y en ese domicilio de "la Cortada". Además de "la Mary", dos personas jujeñas, acusadas de tener un rol clave en esta banda, fueron detenidas.
En el norte del país se secuestraron camionetas Toyota Hilux, autos Mercedes Benz y otros elementos que dan la pauta del poderío de esta banda. Pero para los investigadores, aún falta más.
