Fue una renuncia que cayó por sorpresa. Faltaba sólo un puñado de días para que Atenas de Río Cuarto comenzara a jugarse su última ficha en el Torneo Federal A (la tercera categoría del fútbol argentino) en una reválida contra Juventud Unida de San Luis y el técnico Darío Bringas anunciaba su salida tras un año y medio al frente del plantel principal.
Luego de una campaña mediocre en la fase Campeonato, Atenas había quedado obligado a disputar la reválida. Partidos de ida y vuelta en los que sólo queda el ganador, en procura de ir escalando peldaños para disputar el segundo ascenso a la B Nacional.
Se trataba del torneo más importante que disputaba el club, que también participa, con el mismo cuerpo técnico, en la Liga Regional.
El 13 de septiembre pasado, y luego de que la comisión directiva de Atenas anunciara la rescisión de nueve jugadores, la mayoría de ellos titulares, Bringas dijo: "Visualizamos que es un ciclo cumplido".
Muchos se quedaron con las ganas de una explicación más completa, que jamás llegó. A las pocas horas, la comisión directiva presidida por Federico Felippa anunció que "un hombre de la casa", Juan Bazid, asumía como nuevo DT.
Felippa quedó al frente del club en 2020, luego de haber liderado la Subcomisión de Fútbol. Pasó, literalmente, de la popular al escritorio, ya que durante años fue uno de los integrantes de la barra con más poder en la tribuna. Atenas y Estudiantes con los clubes con más convocatoria de la ciudad.
En plena pandemia, el titular "albo" llevó a cabo una serie de obras dentro del club lo que le valió el reconocimiento interno. Ahora, en 15 días, se deben renovar las autoridades y si bien todo indicaba que tenía asegurada la continuidad, todo ha quedado en un manto de dudas.
Sucede que el debut de Bazid como DT de Atenas, el 29 de septiembre último en San Luis terminó en un verdadero bochorno. Juventud Unida ganó 3-0 luego de una deplorable actuación del equipo de Río Cuarto. A los 16 minutos, el defensor brasileño Uirá Márques hizo un gol en contra.
A los 30 minutos, el mismo jugador frenó con la mano la pelota en su propia área, pero el árbitro no vio nada e hizo seguir. Un mal rechazo de otro defensor hizo que el balón le quedara servido a un delantero contrario que puso el 2-0 para el local.
Ya en el segundo tiempo, antes de los 5 minutos, otra vez Uirá Márques hizo todo mal para que la pelota terminara adentro de su propio arco. Si bien en las imágenes se observa cómo él empuja la pelota para otro gol en contra, la estadística oficial le anotó el gol a un delantero local, un joven de 17 años que debutó en la red pero ni siquiera lo gritó.
A la semana siguiente, tras un pálido 0-0 en Río Cuarto, Atenas se despidió del torneo. Y Márques de la ciudad, ya que terminó su contrato y se marchó.
Nadie sabía, aún, que el mismo 29 de septiembre, la Lotería de Córdoba, que regentea las cuestionadas apuestas online, detectó en una de sus plataformas una inusual actividad en torno al partido entre Juventud Unida y Atenas.
Según denunció el ente estatal ante la Justicia de Córdoba, siete cuentas, varias de ellas que se acababan de abrir, apostaron por una victoria del conjunto local. Estadísticamente, se trataba de una mayor proporción de apuestas en comparación a otros partidos del mismo tipo, según se apuntó en la denuncia penal. Al analizar quiénes eran los apostadores, se descubrió que todos eran vecinos de Río Cuarto.
La sospecha fue concreta: personas que serían cercanas a Atenas estaban apostando por la derrota del equipo. Escrito de otra manera: ¿los jugadores de Atenas habían ido para atrás con el objetivo de beneficiar a los apostadores?
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La causa recayó en la fiscalía de Cibercrimen, a cargo de Franco Pilnik, quien de inmediato puso a su equipo a identificar quiénes eran los apostadores. Así, se descubrió que uno de los que habría invertido dinero con la idea de multiplicarlo si Atenas perdía era el propio hijo de Felippa, el presidente de Atenas.
Otra de las apostadoras habría sido Camila Basualdo Bustos, kinesióloga del club Atenas. Ella también creía que su equipo iba a perder ese día.
En la investigación aparecen otros nombres muy ligados a Atenas: Sergio Bustos, secretario del club, y el tesorero (y también kinesiólogo) Franco Panzolato.
En todos los casos, apostaron a que Atenas perdía. Pero algunos fueron por más e hicieron apuestas "combinadas": victoria del local, un gol antes de los 30 minutos, resultados final 3 a 0.
Todos ellos fueron allanados el martes último temprano. Se les secuestraron teléfonos celulares y otros dispositivos electrónicos, además de documentación de interés para la causa. Hasta ahora, no hay imputados, por lo que nadie fue demorado ni detenido.
Se investiga un presunto fraude en contra de la Lotería de Córdoba, que en total pagó poco más de 4.000.000 de pesos en premios en torno a este partido. ¿Perder a propósito para ganar en las apuestas? La estafa a la ilusión de los hinchas no está encuadra en el Código Penal.
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Los arreglos deportivos para ganar en las apuestas se han convertido en un fenómeno extendido en el mundo, bastante difícil de demostrar a nivel judicial. Las imágenes del partido, en las que se observan la pésima actuación de algunos jugadores de Atenas, todavía no alcanzan para configurar una prueba contundente para asegurar que "fueron para atrás". Por eso la fiscalía continúa buscando indicios que le permitan configurar una acusación jurídica.
En Río Cuarto el movimiento judicial generó una lógica repercusión pública. Y de a poco algunos se animan a comentar, por lo bajo, que hace meses que se observan situaciones llamativas en torno a la participación de Atenas en el Federal A.
A mediados de 2023, justo antes de que cerrara el libro de pases, llegaron dos refuerzos serbios al club, Uros Milenkovic (con pasado en el fútbol de su país, Austria y Bosnia) y Milos Zjaca (también había jugado en su lugar de nacimiento). Si bien se anunció que ambos acababan de rescindir con el club Argentino de Quilmes, de la B Metropolitana, también en la tercera división del fútbol argentino, en los registros oficiales ninguno de los dos registra un paso anterior por el fútbol argentino. Meses después arribaron el brasileño Uirá Marques (venía de jugar en Sol de Mayo de Viedma, del Federal A) y el paraguayo Hugo Paniagua.
En un torneo semiamateur, con tribunas semivacías (este año, en promedio, Atenas no vendió más de 500 entradas por partido), ¿de dónde salía el dinero para traer a Río Cuarto a jugadores extranjeros? Hasta hoy nunca se supo de manera oficial quién era el empresario detrás de estas incorporaciones.
Paniagua se lesionó y casi no jugó. Pero los dos serbios y el brasileño demostraron que no estaban para ser titulares. Sobre todo, los europeos, quienes de manera llamativa prácticamente nunca jugaron cuando Atenas lo había de local (incluso, ni iban al banco). En la semana, era común verlos disputar en la ciudad un torneo de paddle amateur, en el que se habían anotados como dupla.
Pero sí viajaban y hasta integraban el plantel principal en los partidos de visitante, según cuentas quienes conocen de cerca la campaña del "albo". Cuando le tocó jugar afuera, la producción de Atenas cayó de manera notable.
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Aquellos que hace tiempo investigan el entramado de las apuestas deportivas, advierten que la mayoría de ellas se realizan en plataformas extranjeras o ilegales, para intentar despistar las investigaciones de partidos amañados.
Ante el caudal de participaciones que acumulan, para las casas de apuestas internacionales no resulta interesante avanzar en casos como el que ahora se habría detectado en Córdoba. Aunque por ahora no hay ninguna prueba al respecto, las fuentes consultadas sospechan que en realidad la trama que involucraría a Atenas de Río Cuarto tendría un correlato mucho más intenso (y millonario) en estas casas de apuestas.
O sea, cuesta entender por qué, en este caso, personas vinculadas a la institución apostaron en el juego legal de Córdoba, sabiendo que podían quedar en la mira de alguna investigación judicial.
En el ascenso del fútbol argentino ya estallaron dos escándalos similares, que involucraron a los clubes bonaerenses de El Porvenir y Fénix.
En aquel momento, el fiscal de Lanús Martín Rodríguez, a cargo de la primera investigación, supo contarle a TyC Sport: "Básicamente siempre hay una persona que se contacta con el futbolista. La verdad que es bastante burdo. Generalmente en el fútbol hay jugadores que han jugado en varios clubes, entonces se empiezan a pasar los contactos. Esto se utiliza en equipos que están en categorías bajas porque tiene menos prensa. En la C, la D, el Federal A y B salen compilados de goles. Entonces eso hace que tenga menos visibilidad”.
Todo se apuesta: un penal en un momento determinado; una tarjeta amarrilla antes de los 10 minutos; la cantidad de córners. Es casi infinita la cantidad de variables de un partido que se pueden traducir en apuestas por dinero.
En 2023, en Brasil estalló un escándalo que derivó en sanciones a ocho futbolistas de la primera división. Entre ellos, el defensor argentino Kevin Lomónaco (hoy en Independiente), quien habría recibido propuestas económicas para que se hiciera amonestar en un primer tiempo o que directamente hiciera una falta en su área para favorecer con un penal al rival. En todos los casos, eran apostadores quienes contactaban a los futbolistas.
Sin embargo, hasta ahora, las sospechas judiciales no han encontrado eco en la AFA, que jamás ha avanzado en alguna investigación interna y mucho menos en una sanción en contra de los clubes o los futbolistas presuntamente involucrados.
