Tras la confirmación de que la sangre hallada en el departamento de Santiago Campos Matos (37) corresponde a Anahí Bulnes, la mujer de 36 años desparecida desde la madrugada del lunes 5 de diciembre último, la situación legal del único acusado que tiene el caso se complicó aún más.
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La fiscal Eugenia Pérez Moreno ha trabajado junto a un equipo especial de Protección de las Personas de la Policía. Si bien hasta ahora no se logró encontrar el cuerpo de Anahí, la fiscal no duda de que la mujer fue asesinada y ha sumado una serie de indicios en contra de Campos Matos que dejan al sospechoso en una situación más que comprometida.
"Estábamos ante un potencial asesino serial que hemos logrado atrapar", aseguran en ámbitos de la investigación en cuanto a las sospechas que se han trazado en contra de Campos Matos.
Un trabajo de los pesquisas que intenta desterrar aquel viejo axioma criminalístico que indica que sin cuerpo se está ante un crimen perfecto, de imposible resolución.
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¿Qué compromete a Campos Matos? ¿Cómo se ha construido hasta aquí una hipótesis que asoma como brutal? A través de diversas fuentes, Cadena 3 reconstruyó las claves de una investigación que cuenta con escasos antecedentes en Córdoba:
-Anahí era maestra de primaria y también ejercía el trabajo sexual. En la madrugada del 5 de diciembre, salió de su casa de barrio San Vicente Sud, tomó un remise en un centro comercial cercano y viajó hacia el Centro de la ciudad de Córdoba. Pagó mil pesos el viaje y caminó 200 metros hasta la esquina de Olmos y Salta, donde solía "parar". Allí, fue abordada primero por dos automovilistas, que finalmente continuaron su marcha. Hasta que a las 01.23 llegó Campos Matos, a pie. El hombre de 37 años, cocinero de oficio, vive a 150 metros de allí, en el departamento 1 del edificio ubicado en Olmos al 500, casi bulevar Guzmán.
-No está claro si era un cliente habitual o no: en 30 segundos se pusieron de acuerdo y comenzaron a caminar hacia el domicilio de él, según el registro de las cámaras de seguridad. Como Anahí accedió a ir al departamento de él, se presume que ya lo conocía de antes. Ante la situación de vulnerabilidad en el que se ejerce el trabajo sexual, que no está regulado en el país, las mujeres y varones que lo ejercen intentan, por prevención, de no ir a domicilios particulares de los clientes particulares.
-Anahí entró en el departamento, pero nunca más se la vio salir. A las 2.30 de esa misma madrugada, Campos Matos le escribió a un compañero de la panificadora de la avenida Bulnes donde trabaja. Le dijo que no lo pasara a buscar a las 6, como habían convenido, porque acababa de lastimarse la mano en una pelea con ladrones. Y le adjuntó una foto de la mano hinchada, con una gruesa herida. Esa imagen es analizada por los investigadores con sumo detalle: "No se trató de un robo, sino que parece una herida producida por alguien que intentaba defenderse; como si el hubiera clavado las uñas mientras él la ahorcaba". No fue a trabajar en toda la semana.
-En la causa consta que ese mismo lunes, entre la media mañana y el atardecer, Campos Matos salió al menos cuatro veces del departamento. Siempre con ropas diferentes. Y, en todos los casos, sólo con una mochila que a simple viste asomaba como pesada. En cada una de estas salidas, el sospechoso caminaba hacia diferentes direcciones del Centro. Se cree que iba a buscar contenedores para arrojar lo que tenía adentro de la mochila.
-Ese mismo día, según le contó Campos Matos a un conocido, él se deshizo del colchón. Como coartada, aseguró que le hacía mal a la espalda, por lo que durante unos días durmió en el sillón que tenía, hasta que fue a un departamento familiar en desuso, frente a la Jefatura, y se llevó un colchón nuevo. También ese lunes 5 sacó las seis tarimas que utilizaba como cama. Una de estas tarimas desapareció y nunca fue encontrada hasta ahora, lo mismo que el primer colchón.
-Cuando lo detuvieron, el pasado lunes 26 de diciembre, los policías le encontraron un folleto en el que se pedía por la aparición de Anahí. Fue entonces que él les dijo a los uniformados que ese folleto no era de él, que se lo habían "plantado". Pero antes, a una amiga, le había dicho cuando le dieron ese folleto que él pronto se iba a tener que mudar, que ya se iba a enterar por qué, según consta en la investigación.
-En ese mismo allanamiento, se le secuestraron cinco libros sobre crímenes y rituales macabros. Y se hallaron las manchas de sangre que fueron peritadas. En otros operativos realizados en el mismo domicilio, se secuestraron pelos que también están sido objeto de estudio en los laboratorios.
-Tras la confirmación de que estas manchas de sangre corresponden a Anahí, la familia comienza a asumir que ella fue víctima de un asesinato, tal como lo plantea la fiscal. A través de la abogada Daniela Morales Leanza, van a pedir que el caso sea encuadrado como un femicidio.
-Campos Matos tiene afición por disecar animales. Le encontraron un perro y un cuis disecados. Al parecer, un familiar le había enseñado cómo es el proceso para disecar animales.
-La fiscal ordenó un perfil psicológico en base a sus contenidos en redes sociales: se destacó que tiene predilección por el contenido morboso, con una obsesión al sadismo. Campos Matos participaba de manera activa en diferentes foros de internet en los que los usuarios suben contenido morboso y son "votados" por el resto. En uno de estos foros, aparecía entre los más valorados por la cantidad de contenido que solía publicar.
-En una conversación que tuvo dentro de la cárcel, Campos Matos habría manifestado que él debía estar en el pabellón de violadores y homicidas. Este dato, que llegó a los investigadores, ha llamado mucho la atención.
-Campos Matos tiene un asesor oficial. Hasta ahora, no habló ante la Justicia. Este viernes será llevado a Tribunales 2 de la ciudad de Córdoba para ser indagado por la fiscal.
-En noviembre de 2021, Campos Matos fue denunciado por abuso sexual en contra de un grupo de niñas en medio de una piyamada que se hacía en su casa. Esa causa nunca avanzó hasta ahora.
-Después de la denuncia, se separó de la madre de sus dos pequeñas hijas. Si bien seguía en contacto y solía ir a la vivienda de ella a realizar algunas reparaciones hogareñas, no tenía un régimen de visitas claro ni se quedaba solo con las niñas.
