La industria del robo de celulares en Córdoba no sabe de crisis ni de cepos. En auge, continúa imparable, según surge de las denuncias que no dejan de reproducirse en las unidades judiciales de la ciudad.
Rodrigo, un joven empresario que el pasado miércoles 20, Día del Amigo, fue a un baile de Q' Lokura en Forja terminó por convertirse en un ejemplo concreto de un delito que genera mucho más daño del que a simple vista puede suponerse.
Según relató a Cadena 3, aquella madrugada él estaba en el baile cuando en un momento se vio envuelto en una ronda. Un grupo de muchachos lo rodeó, lo apretó y, en segundos, lo dejó tranquilo. Nada que pudo advertir como anormal en ese momento.
Pero a los pocos minutos, cuando se llevó la mano a los bolsillos y no encontró su iPhone 12, se dio cuenta de que había sido víctima de un ardid mucho más aceitado de lo que se supone.
Cada fin de semana, decenas de celulares son robados en medio del ruido y la aglomeración de los boliches. Del relato de quienes salen a bailar se desprende que aquí no hay improvisación delictiva. Todo ocurre en fracciones de segundo: la aglomeración, el quite del teléfono, el veloz pasamanos y los aparatos en que un instante ya están afuera del recinto.
Afuera, aguarda el segundo eslabón: los reducidores. Los aparatos son llevados a especialistas para su desbloqueo, mientras comienzan a ser ofrecidos en esas grandes "cuevas" delictivas en las que se han convertido las redes sociales de compra y venta entre particulares.
Otra opción, más tradicional, es ingresar los celulares robados en las grandes galerías en las cuales históricamente han operado los reducidores.
Cuentan fuentes policiales y vecinos de la ciudad que por cada aparato robado, de un valor promedio de 50 mil pesos, estos "reducidores" pagan unos 10 mil pesos a los ladrones. Luego, invierten entre 3.000 y 5.000 pesos para pagar el "laboratorio" en el que son desbloqueados y los reinsertan en el mercado: locales de Galería Norte, en el Centro de la ciudad de Córdoba, o directamente a través de las redes sociales.
Los fines de semana, los "reducidores" pagan 5.000 pesos, o sea la mitad que durante los días anteriores, para comprar estos celulares robados: hay más oferta y los delincuentes están más ávidos de tener dinero para poder salir de noche.
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Un iPhone 12, como el que le robaron a Rodrigo, cotiza bastante más.
El joven junto a un amigo comenzó a rastrear esa misma madrugada el recorrido de su aparato. El teléfono ya no estaba en Forja, pero iba impactando en diferentes direcciones. Se acercó a un policía y le avisó. El uniformado le respondió, de brazos cruzados, que sin una denuncia no podía hacer nada.
Dejó el baile, la diversión, el encuentro de amigos y se dirigió a la Unidad Judicial 13, la más cercana a Forja. Allí, tuvo que hacer una fila para poder denunciar: adelante, otros seis jóvenes que acababan de abandonar el baile estaban denunciado exactamente el mismo tipo de robo.
Con la denuncia, dio de baja el aparato. Y comenzó a digerir la impotencia, para olvidarse.
Pero el viernes siguiente, 36 horas después del robo, su nuevo teléfono comenzó a disparar una notificación tras otra. Su iPhone acababa de ser activado en el interior de Galería Norte, en el Centro de la ciudad de Córdoba, y pronto los delincuentes habían tomado su cuenta de Mercado Pago. De manera sucesiva, comenzaron a vaciarla con transferencias de 50 mil pesos.
A Rodrigo le ganó la desesperación. Denuncia que Mercado Pago no hizo nada para evitar que le robaran lo que tenía en su billetera digital. Más de 1,5 millones de pesos, ya que tenía ese dinero para realizar transacciones por su trabajo. Incluso, se acreditó un préstamo que los ladrones solicitaron. "No hubo ninguna medida de seguridad por parte de Mercado Pago", denunció Rodrigo.
Sabe que ahora tiene otra batalla por delante: a la investigación policial por el robo y el ciberataque le suma una denuncia a Defensa del Consumidor para que Mercado Libre le devuelva un dinero que él no gastó.
Recapitulamos:
1. Robo de celulares, una industria que en medio de la diversión nocturna no deja de reproducirse.
2. Los aparatos son sacados de manera veloz de los boliches y bailes y llevados a "reducidores".
3. Estos tienen softwares específicos que les permiten desbloquear los celulares. Incluso, iPhone, que hasta hace poco tiempo eran inviolables.
4. Cuando los abren, los formatean y los ponen a la venta en redes sociales y en locales comerciales, sobre todo en Galería Norte.
5. Pero, antes de borrar toda la información y cambiarle el chip, también revisan todas las cuentas: home banking, mail, whatsapp, mercado pago, etcétera. Y ya saben las vulnerabilidades de cada una.
Muchas más que un simple robo de un celular.
A todo esto, Mercado Pago ha divulgado una serie de acciones que deben realizar aquellas personas que sufren el robo de sus celulares y tienen billeteras electrónicas.
En primer lugar, se debe solicitar el bloqueo preventivo de la cuenta. Esto se puede hacer ingresando a la web de Mercado Pago: https://www.mercadopago.com.ar/ayuda/me-robaron-celular-tenia-app-mercado-pago_15348, siguiendo el camino: ”Ayuda > Seguridad > ¿Qué hago si pierdo o roban mi celular?”.
De esta forma, la cuenta quedará bloqueada para que nadie pueda utilizarla. Dentro de las 48 horas posteriores, el equipo de Mercado Pago se contactará con el usuario para acreditar su identidad y ayudarlo a recuperar la cuenta, según se indicó desde la firma.
También es importante que el usuario siga los pasos de seguridad establecidos según el sistema operativo del celular (Android o Ios) para que nadie acceda a la información/ apps. En ese punto, es necesario bloquear la tarjeta SIM.
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