Lo mataron para robarle y a los 10 días descubrieron el crimen

Juan Federico

Hacía varios días que no lograba contactarse con su amigo. En el WhatsApp leía que la última conexión había sido el sábado 1° de julio a la noche. Desde entonces, no respondía a ningún mensaje o llamada. Ya habían pasado 10 días, por lo que al fin el martes pasado se decidió ir visitarlo.

Ya estaba anocheciendo cuando el hombre se paró frente a la vivienda ubicada en avenida San Roque esquina Parador, en el Centro de la pequeña localidad de Villa Parque Siquiman, a la vera del lago San Roque. 

Como nadie respondía a sus llamados desde la calle, el amigo decidió entrar. Sabía que allí las medidas de seguridad hogareñas eran laxas. Abrió el portón, se internó por el jardín y finalmente ganó una puerta de atrás, que siempre estaba sin traba.

Adentro, en una mesa, quedaba una botella de vino casi vacía y cuatro vasos sucios. No había sonido, todo estaba extrañamente callado. A simple vista, se veían un poco de revoltijo en las habitaciones y algunas cajas apiladas. El amigo pasó a una de las piezas y allí, entre dos camas, observó al dueño de casa sin vida.

Oscar Alejandro Borgarello tenía 57 años. "El Pulga", tal como lo llamaban sus amigos, se ganaba la vida como fletero. Los policías están intentando determinar, además, si recibía un dinero que su familia le habría mandado desde el extranjero. 

En Villa Parque Siquiman hacía tiempo que vivía solo, aunque era frecuentado por amigos que aparecían y desaparecían casi con la misma frecuencia. "Compañeros de trago", resumió un investigador policial que aún está rearmando el rompecabezas de la vida de la víctima.

Cuando el amigo, espantado, fue a avisarle a la Policía, de inmediato se activó una investigación judicial que quedó en manos del fiscal de feria de Villa Carlos Paz, Ricardo Mazzuchi. A esa hora de la noche del martes, los peritos de la Policía Judicial no lograron aportar mucho más: observaron un cadáver vestido, acostado en el suelo, sin signos visibles de heridas. Por el estado de descomposición, agregaron, la muerte había ocurrido varios días antes.

El cuerpo fue enviado a la morgue judicial donde 24 horas después, al filo de la medianoche del miércoles, los forenses lograron las pistas claves: Borgarello había sido asesinado a golpes el 1° de julio a la noche.

Tenía costillas fracturadas y un fortísimo golpe en la nuca que, según se presume, había sido provocado con un objeto contundente.

De inmediato, el jefe de la Dirección General de Investigaciones Criminales de la Policía, Alejandro Mercado, dispuso que una comisión especial de sabuesos viajara a Parque Siquiman para ponerse a disposición del fiscal Mazzuchi. 

Los pesquisas revisaron de nuevo la escena del crimen y detectaron que faltaban algunos elementos de valor. Observaron las aberturas sin forzar y los vasos sobre la mesa y apuntalaron la hipótesis principal que guía por ahora la investigación: Borgarello dejó ingresar esa noche a quienes iban a convertirse en sus asesinos, se sentó alrededor de la mesa con ellos, compartieron unos tragos, hasta que los visitantes mostraron sus reales intenciones: le robaron y lo mataron a golpes para impedir que los denunciara.

En la causa figura un testigo que es considerado esencial. Y hay tres nombres de sospechosos ya anotados. 

En la mañana de este viernes, los investigadores de Homicidios detuvieron a dos de ellos. Se trata de un hombre y de su hijo de 17 años que viven en proximidades del hogar de Borgarello. 

En los operativos, se encontró un televisor que habría sido sustraído de la casa de la víctima y se recabaron datos sobre una garrafa que también habría sido robada.