Otra vez, alumnos asaltados a la salida del colegio

"Mi hijo tiene 12 años y concurre a primer año del secundario del colegio Amparo de María, ubicado en la calle Caseros al 700. El miércoles, retornando a su domicilio como todos los días, alrededor de las 13.15, fue interceptado en la calle Caseros, casi Belgrano, por un vendedor de medias, interrumpiéndole el paso, al mismo tiempo que por detrás otro tipo lo abrazaba y le decía que se quedara quieto, que le entregara el celular. Quien lo agarró de atrás le revisó los bolsillos, le sacó el celular y siguió su camino como si nada".

El relato de Laura corresponde a uno de los tantos asaltos que tienen como blanco a los chicos que salen de las escuelas ubicadas en el radio del Centro de la ciudad de Córdoba.

Una modalidad delictiva que, sostienen los padres, ha vuelto a reproducirse en las últimas semanas. Alumnos que caminan rumbo a la parada del ómnibus y son interceptados por delincuentes que, en plena vía pública, les quitan los celulares o aquellos objetos de valor que llevan encima.

"Mi hijo atinó a entrar en la farmacia, en cuya vereda ocurrió el hecho. Allí muy amablemente lo contuvieron hasta que llegó su papá a buscarlo. Ocurrido todo esto y más tranquilo, pudo reconocer que esas personas las había cruzado en el camino, por lo que estima que venían siguiéndolo desde unas cuadras atrás", completó la descripción la mamá.

Madres y padres ya han tomado cartas en el asunto. Aquellos que sí van a buscar a los chicos, acompañan a los que tienen que ir solos a tomar el ómnibus. De esta manera, intentan cuidarse entre ellos.

"Todo lo que es la zona de los colegios privados, lo que es el Amparo de María, el Santo Tomás, el Monserrat, están todos estos tipitos que se hacen los que venden medias y acorralan a los chicos, y los aprietan para que les den el celular o la mochila: muchas veces les pegan. Esto está pasando en los alrededores de los colegios del Centro, por toda calle Caseros hasta Belgrano, pero también a los del Monserrat", agregó otro papá.

Informe de Juan Federico.